25/7/11

The Big Plot


The Big Plot es una novela de espías y amores, en la Rusia contemporánea, al más clásico estilo, sólo que desarrollada en un entorno digital en donde se combinan los textos con vídeos, con varias webs creadas para el libro, con las redes sociales más comunes, con Youtube, con Flickr, con RSS, y con otros elementos multimedia, a medio camino entre el libro y el cine, entre lo digital y lo convencional. Y, sobre todo, es una historia que “no leemos” solamente sino que creamos, modificamos y en la que nos sumergimos.

Su autor, Paolo Cirio, la define como una intrusión de nuestras vidas en la infoesfera y conviene leer sus reflexiones sobre la ficción de recombinación. La propia historia nos sumerge en el ámbito virtual porque se difuminan los límites entre la realidad y la ficción con esa trama que de pronto nos hace ver que somos parte de una novela, no de la realidad externa; en donde nuestra interacción con los personajes se vuelve parte de la misma; en donde nuestros avatares sociales son tan reales como nuestra existencia de carne y sangre; donde no queda claro si un perfil de Facebook pertenece a otro lector que está interaccionando con la novela o a un personaje totalmente ficticio. La acción del lector – de los lectores- se vuelve parte de la novela- toma parte y modifica los eventos-, que, así y al estar en línea, no deja de crecer y acomplejarse. Un texto que hunde sus raíces en Orwell en cuanto al poder vigilante y omnipresente que se describe y a Batjin en cuanto a sus ideas sobre el yo social el yo constituido por numerosos planos superpuestos (yo y mi avatar, en este caso), en cuanto a que la significación puede existe sólo cuando dos o más voces se ponen en contacto (muchos lectores abordando el texto e interaccionando con él, en este caso).

Es una obra compleja, rica, que requiere esfuerzo por parte del lector, fragmentada pero perfectamente ordenable, con un motivo conductor y donde el autor ha creado un entramado que dirige la trama aunque el desenlace de esta sea inacabado, inacabable e imprevisible. El interface está también muy trabajado con una estética oscura, propia de la novela negra, y con multitud de enlaces, unos internos, otros a fuentes externas y otros a sitios especialmente creados para la historia (como la del movimiento político Eurasia Revolution, por ejemplo), a cuentas de Facebook de los protagonistas o a sus mensajes en Twitter.

La obra se ha representado en exposiciones (ver fotografía debajo) en donde los asistentes pueden interaccionar directamente con la trama y los personajes.

 
 




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