29/2/12

Mitos muertos y suicidas


Mitos muertos y suicidas de Marla Jacarilla es un relato hipertextual del año 2005 en el que el texto se distribuye en tres columnas indpendientes que pueden ser manipuladas por el usuario libremente con los botones de scroll. Además, ciertas palabras están enlazadas a ventanas pop-up que se abren mostrando post-its con nuevas ideas y nuevos textos, en ocasiones contraponiendo la idea de la frase enlazante. Los enlaces también modifican la tipografía principal. Un interface sencillo pero que resulta atractivo e interesante.

Una historia, además, bien contada literariamente, que atrae al lector y que le lleva no solo a completar la lectura sino a interesarse por cada uno de los enlaces.

28/2/12

Moebius



Moebius de Luiz Dos Santos y Gilbertto Prado, es un poema visual en portugués en el que el texto se desarrolla en varios niveles, se desconfigura para volverse a configurar aleatoriamente y se entremezcla con diferentes colores y tipografías. No hay interactividad pero sí premura de tiempo ya que el texto pasa rápido (quizá con poca suavidad, a saltos) y no es fácil leer todas las palabras. Se trata de un ejecutable (.exe) por lo que el usuario debe confiar que no daña a su equipo y está libre de código dañino.

27/2/12

En el más hermoso de los gestos



Había sido un día largo y estabas cansada. Cenamos juntos y compartimos una copa de vino blanco. Charlamos de todo y de nada, apenas contuvimos nuestra ansia de enlazar las manos. Estabas guapa, como siempre lo estás. Nos acostamos pronto, frente a frente, disfrutando de tu cara, como me gusta hacerlo. Me acariciabas con ternura, peinando mi pelo con tus dedos intentando que me durmiera como se duerme a un niño chiquitín. Entonces, te quedaste quieta con tu mano a medio camino de mi cabello, dormida, tus párpados cerrados, como si el tiempo se hubiese detenido de pronto, congelada en el más hermoso de los gestos, tus dedos aún enredados en mi pelo, rendida de la jornada, abrazada a mí, tan plácidamente como la noche cae sobre la llanura. Un torrente de sentimientos me inundó, un ingente caudal de ternura desbordó mi prudencia y te comí a besos, despertándote. Reímos antes de que volvieras a caer dormida en mi regazo.


25/2/12

Writer2epub


Writer2epub es una extensión que puede utilizarse con OpenOffice Writer y que permite instalar en la barra de herramientas tres iconos para traducir automáticamente los ficheros nativos al formato e-Pub. El primer icono nos permite configurar la extensión, el segundo editar los metadatos del documento y el tercero, ejecutar la conversión. Es también posible añadir una imagen al fichero para que aparezca como cubierta del texto, aladir un título, etc. También permite añadir colores de fondo, letras iniciales engrandecidas, formatear el texto, añadir barras de scroll dependiendo del tamaño, etc.

Puede descargarse aquí.

21/2/12

Translating E-literature



La ELO organiza un encuentro en París acerca de la traducción de las obras de literatura digital y el papel que el inglés tiene como lengua vehicular en este ámbito. Además, los trabajos digitales incorporan otros muchos instrumentos multimedia de modo que la traducción es más compleja porque es preciso atender al contexto que este entorno digital impone. Se celebrará del 12 al 14 de Junio en la Universidad de París en Saint Denis y, en este momento, se abre el plazo para la presentación de ponencias para su potencial evaluación y aprobación. Aquellos interesados pueden enviar un resumen de 500 palabras. Para más información contáctese aquí.


20/2/12

Booktype


Booktype es una plataforma colaborativa para escribir y publicar obras literarias (en realidad, cualquier documento). Su funcionamiento vía Internet permite que esta colaboración pueda darse desde cualquier lugar del planeta. La aplicación permite, asimismo, la publicación de la obra final en varios formatos y para varias plataformas, incluida la emisión directa a Amazon. También permite integrar rápidamente textos, capítulos o documentos enteros en varios formatos para combinarlos, bien sean originales o no. Permite la edición simultánea y el abrir canales paralelos de chat para que los autores que en ese momento están trabajando sobre el trabajo puedan coordinarse mejor.


19/2/12

Un dizain parmi les 145.920


Un dizain parmi les 145.920  del grupo Alamo (l'Atelier de Littérature Assistée par la Mathématique et les Ordinateurs) es un generador de poemas que se basa en los Oulipos y en donde los versos de una décima pueden ser permutados creando nuevas estrofas siguiendo la propuesta de Marcel Bénabou. Existe una restricción a la hora de combinar las líneas y es que los versos que riman no pueden estar separados en una o dos posiciones. Con esta restricción, el número de permutaciones posibles es 145.920 y de ahí el nombre de la aplicación.

La Literatura como laboratorio: escribir desde las nuevas tecnologías


Hoy y mañana se celebran en MEDIALAB USAL las jornadas sobre La Literatura como laboratorio: escribir desde las nuevas tecnologías, en las que los ponentes reflexionaran en cómo las herramientas digitales y, en particular, Internet han afectado a la creación literaria contemporánea. Se celebrará en la Faculta de filología de la Universidad salmantina. Hoy habrá una mesa redonda con el título de La Literatura como Laboratorio. Escribir desde las Nuevas Tecnologías y mañana un taller denominado Mediaciones Digitales y Entornos Literarios . Imparten las ponencias Victor del Río, Ángeles Pérez, Francisca Noguerol, y Vicente Luis Mora.

MEDIALAB es un espacio virtual de encuentro de la Universidad de Salamanca. Para saber más acerca de este servicio, puede accederse a este enlace.


18/2/12

Blue Hyacinth



Blue Hyacinth de Jim Andrews and Pauline Masurel es un hipertexto móvil en el que a medida que el lector mueve el cursor sobre el texto, este se reordena automáticamente, de modo que la historia está cambiando, de un modo intecionadamente vacilante, a medida que se lee. Son 4 bloques de texto breves en diferentes tonos de azul, de unos 150 caracteres que, a pesar de su brevedad, presentan una cierta consistencia narrativa interior. Cada parágrafo cuenta una historia pero al pasar el cursor sobre ellas, estas se reordenan, se mezclan, se combinan, se fragmentan, con el curioso resultado de que el lector en vez de construir la historia en su mente a medida que la lee, la destruye no sólo es su imaginación sino en la física realidad de la pantalla. Eventualmente, esta demolición de las historias originales puede crear una historia nueva coherente a partir de los escombros pero en mi experiencia esto raramente ocurre.


17/2/12

Seminario sobre literatura digital


Invitado por la Fundación Caballero Bonald de Jerez, ayer tuve el honor de ser ponente en la segunda jornada del  VIII Seminario Permanente Fundación Caballero Bonald: El Conocimiento Itinerante. La Literatura y Su Enseñanza a través de la Red,   organizado por la Universidad de Cádiz y la propia Fundación. En mi charla intenté clarificar los desarrollos actuales en literatura digitalizada, las expresiones más usuales en literatura digital (desde los hipertextos, transmedias o blogs hasta los videopoemas o las futuristas holosalas) y expliqué algunas técnicas utilizables en la generación de texto.

Tuve el privilegio de compartir mesa con la doctora Amelia Fernández, profesora de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Universidad Autónoma de Madrid que impartió la ponencia Lenguaje creador y lenguaje receptor: hacia una estética de la narrativa digital que fue realmente interesante, con ideas muy atractivas como la ligazón de la literatura digital con la oralidad, la necesidad de evitar reducir la literatura al formato libro o la hiperteorización de la narrativa electrónica. Mostró Amelia, asimismo, un catálogo de interesantes obras digitales.

Presentó la jornada, Isabel Morales Sánchez, profesora titular de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la  Universidad de Cádiz y coordinadora en la Red de Universidades lectoras, a la que agradezo su enorme amabilidad y hospitalidad, así como al gerente de la fundación, Fernando Domínguez Bellido y todos sus colaboradores que hicieron de nuestra estancia en Jerez y del seminario, perfectamente organizado, una muy, muy grata experiencia.








14/2/12

Frankensteiniana, la tragedia del hombre artificial

Frankensteiniana, la tragedia del hombre artificial (Tecnos/Alianza, 2002) de Pilar Vega Rodríguez es un extenso ensayo que va mucho más allá de analizar los aspectos históricos, filológicos y literarios del Frankenstein de Mary Shelley y de la biografía de la autora, para adentrase en la metáfora que el monstruo y su creador, tan semejantes y tan diferentes al hombre común a un mismo tiempo, representan para el ser contemporáneo, para la sociedad actual. Un mundo que ha perseguido la imitación del dios poderoso, la creación de una vida artificiosa, de una sociedad hedonista, hecha a imagen y semejanza de nuestros deseos, pero que en realidad se torna monstruosa y escapa a las manos de sus creadores. Un ser que nos atrae y nos repugna a la vez porque nos vemos reflejados en él, bamboleando entre lo que queremos ser, lo que buscamos crear, entre lo que aspiramos y creemos merecer, y la dura realidad de lo que somos, de lo que creamos, de la imagen que el reflejo del agua devuelve de nosotros.

Pilar Vega explora con un detalle sobresaliente la creación del mito, sus fuentes, sus expresiones en la literatura, en la pintura y en el cine, las relaciones transversales con otros mitos, como Fausto, Adán y Eva, Narciso, Prometeo o los cyborgs de la novela fantástica moderna, así como el pensamiento de la escritora inglesa a través de esta y otras de sus obras. Una exploración tan amplia que uno se pregunta si realmente no se irá demasiado lejos en la búsqueda de la intención de la autora, en buscar relaciones transversales entre personajes o entre hechos, si no se traspasan los límites del territorio a cartografiar, sobre todo cuando de la lectura del texto parece que la propia Shelley hubiera pensado todo ello a la hora de escribir su novela, algo que parece improbable, dada la profundidad reflexiva que Vega despliega. Uno sospecha que Shelley, probablemente, buscaba sobre todo hilar un relato inquietante y atractivo al lector. Y, desde luego, poco podía imaginar la londinense, cuando escribía la novela, los desarrollos en genética clónica o biotecnología actuales.

En cualquier caso, un trabajo sólido que está construido sobre una amplia bibliografía, un detallado estudio de la misma y un cuidadoso contraste de las relaciones entre las fuentes.








13/2/12

Last Dream


Last Dreams de Dreaming Methods y Andy Campbell comparte con los otros trabajos de este artista las atmósferas inquietantes, neblinosas, perfectamente cuidadas en lo estético, envolventes y mágicas. Nuevamente utiliza la ténica del Parallax en estre trabajo realizado en Flash donde los textos son escasos y donde el lector debe recorrer las habitaciones de una casa, encontrando objetos y recuerdos, encendiendo luces, viendo como tules delicados- muy bien simulados- recorren la escena. Una hábil mezcla del color con el blanco y negro sirve para realzar los elementos principales. Una inestable en lo armónico música acompaña la exploración de los escenarios.

Una obra que no es muy literaria en cuanto a texto (por su brevedad) pero que, como siempre, es sumamente sugerente y que sabe crear una emoción indefinible pero perdurable.




10/2/12

Street Hotel


Street Hotel de Susan Gibbs es un relato digital hipertextual en que las vidas de diferentes personas se entremezclan, pudiendo el lector ir saltando de una a otra mediante los hiperenlances embebidos en la narración de cada uno de los personajes. Los enlaces imbrican todas las historias en un todo único que puede ser leido por muchos caminos. Un relato plenamente literario en el que el interface es siempre el mismo, plano, que defrauda en estos tiempos de efectos especiales, con un marco cuadrado anodino que pretende no molestar al texto. Escenario, por otra parte, estándar en las obras de Gibbs ya que casi siempre utiliza el mismo.



9/2/12

TOC Conference


Desde el próximo día 13 y hasta el 15 se celebrará en Nueva York la conferencia TOC, Tools of Change for Publishing, donde profesionales de la industria editorial y de la industria electrónica compartirán ideas y debatirán sobre el futuro previsible de la publicación electrónica en los próximos años. El programa es significativamente amplio ya que se impartirán charlas y se realizarán talleres en cinco salas simultáneamente. El programa completo puede verse aquí. Destacamos:

* Building an EPUB 3.0 from start to finish
* Digital Typography for e-reading
* HTML5 for Publishers
* How to embed video into your ebook
* A collaborative Approach to Digital Content Distribution
* Flash to HTML5: A roadmap to succesful migrations
* What drives Books sales?
* Enriching the reader experience with digital content
* Scaling content
* Consumer attitudes toward e-book reading
* How consumers discover Books on-line.





8/2/12

¿Disminuye el negocio del libro electrónico?



¿Están disminuyendo las expectativas de negocio del libro electrónico? ¿Ha pasado la ola? Es pronto para decirlo pero al presentar recientemente Amazon sus resultados del 2011 y, sobre todo, sus expectativas de negocio para el 2012, surgen algunas dudas. En los últimos años, el crecimiento proporcional del libro electrónico ha sido importante en algunos países (sobre todo los EEUU) aunque hay que enfatizar que lo era "proporcionalmente", no en valores absolutos. Parecía que la crisis económica mundial no afectaría al contenido digital como estaba afectando al libro en papel.

Esta visión optimista parece haber cambiado con el anuncio de Amazon de que su beneficio en el 2011 disminuyó en un 45%, desde los 1150 millones de dólares de ganancias en el 2010 hasta los apenas 631 millones de dólares en el 2011. Una cifra que aún es muy importante pero que parece insuficiente si se tiene en cuenta que las ventas el año pasado fueron de más de 48 mil millones de dólares. Es más, el hecho de que estas ventas hayan aumentado en un 41% respecto al 2010 viene a indicar que el aumento de cuota de mercado "se está comprando" con precios demasiado bajos, bien en los lectores, bien en los contenidos, de modo que cuanto más se vende menor es el rendimiento. Algo que, obviamente, no es un buen camino empresarial. Por otro lado, la propia Amazon ha indicado que espera pérdidas en el primer trimestre del 2012.

En algún otro post hemos indicado que, para bien o para mal, el valor más apreciado del e-book es su bajo precio. Si ha de subir para mantener la rentabilidad empresarial, el principal valor de introducción del e-book en el sector, se perderá.






6/2/12

Rain on the Sea



Rain on the Sea programado por The New and improved Young Hae Heavy Industries de Corea del Sur es una obra programada en Flash que se parece como una gota de agua a muchas otras del mismo autor (como, por ejemplo, Cunnilingus in Kora). Un pseudo-poema con un ritmo frenético sobre una interface asutera y un fondo musical en el que las frases se muestran al espectador a gran velocidad. Es quizá por este ritmo narrativo por lo que el lector se interesa ya que casi automáticamente el cerebro trata de digerir la información. Afortunadamente, se trata de un trabajo breve porque, de otro modo, la lectura sería una actividad esquizofrénica.

5/2/12

Libros esculpidos


La vida de los viejos libros no es el olvido o el cementerio de papel. El artista Guy Laramee lo demuestra con un trabajo de escultura en papel de una belleza inmensa y de gran creatividad. Con una fina técnica y mucha paciencia, consigue crear paisajes a partir de uno o más libros, tal como se observa en las imágenes. La literatura se convierte en escultura, en un viaje semiótico notable hasta el punto de que uno olvida que el material de partida es simplemente papel entintado.


4/2/12

Paginación rápida en e-books


Existe un debate interesante sobre si los lectores digitales deben o no imitar a los libros en papel. El paradigma de página no tiene por qué ser inmutable y muchos análisis teóricos abogan por eliminarlo. Sin embargo, la realidad es que, hoy por hoy, el concepto de página tal como la conocemos en papel, domina también los interfaces digitales del lector electrónico. Muchos contenidos digitales se presentan exactamente igual que en papel. Se trata, ahora, de pantallas pero se intenta que el manejo simule lo más posible al papel, aunque esto no tenga mucho sentido. El que al mover el dedo sobre una pantalla, veamos una simulación de una página de papel moviéndose indica cuán profundamente arraigado está en nuestra cultura el libro convencional. Es más, la tecnología intenta que la sensación virtual de página de papel girando sea lo más convincente posible. En este marco, cabe entender el desarrollo de software que se comenta en esta entrada del blog.

En los dispositivos de lectura electrónicos, el paso simulado de las páginas de los libros electrónicos resulta cuando menos lento. En los libros en papel, sin embargo, la navegación es muy rápida y ágil porque podemos pasar una página, varias a la vez e incluso, con el pulgar, pasar las hojas a toda velocidad. En Corea, el instituto tecnológico The Kaist Institute of Information Technology Convergence ha desarrollado un software para el Ipad que imita perfectamente el manejo que hacemos de las páginas de un libro en papel, convirtiendo la experiencia lectora en pantalla a algo aún más parecido a la del papel. En particular, la capacidad de esta nueva técnica de pasar hojas a toda velocidad o pasar quizá diez o quince hojas con sólo un movimiento de un dedo. El instituto ha solicitado más de una decena de patentes de esta aplicación. Un vídeo de cómo funciona la aplicación puede verse en este enlace:

 


In memoriam tuam



Nunca podré olvidar aquella noche
en que trémula y pálida
me dijiste con voz que era un sollozo:
“Tengo un presentimiento que me mata”

Era noche de fiesta, en el Casino
las parejas danzaban
y buscando la brisa de los campos,
salimos, en silencio, a la terraza.

Noche de plenilunio hecha de cantos,
de música, de ensueños, de esperanzas;
noche para los juramentos inefables,
noche para quererse sin palabras.

Esa noche te vi mucho más bella,
esa noche te vi mucho más pálida,
y recuerdo también que como nunca
esa noche tus ojos me miraban...

–¿Qué será de mi amor cuando te alejes
y queden mis quimeras deshojadas?
–Tú serás el amor que no se olvida,
tú serás el amor que no se apaga;
tú serás el amor que siempre fulge,
tú serás el amor que siempre canta.

Más allá de la vida y de la muerte,
de las constelaciones más lejanas,
tú serás el amor que no se olvida,
tú serás el amor que no se apaga.

Han pasado los años y aun recuerdo
la noche que llenó de luto mi alma.
¿Qué cruzó por tu mente? ¿Qué misterio
hay en el fondo de esa horrible página?...

Cien veces quise interrogar al cielo,
pero ante mi desventura el cielo calla.
Cuando al día siguiente hallé tu cuerpo
tapizado de flores en su caja,
con las manos cruzadas sobre el pecho
como dos mariposas desmayadas,
me pareció escuchar que me decías:

“No te vayas, amado, no te vayas;
si me van a enterrar, baja conmigo
al fondo del sepulcro”. Yo temblaba.
Tú, decidida al fin, rompiste el hilo
de la existencia, y al batir tus alas,
antes de que mis labios te mintieran,
y que mi corazón te traicionara,
te llevaste en os ojos el ensalmo
de los besos de amor que yo te daba.

Y ahora, cuando en mis tardes agobiantes,
voy a llevarte flores y nostalgias,
de pié, como en la noche del Casino,
frente a la desolación que me desgarra,
te repito los versos de esa noche
en que estabas tan trémula y tan pálida.

–Tú serás el amor que no se olvida,
tú serás el amor que no se apaga;
tú serás el amor que siempre fulge,
tú serás el amor que siempre canta.
Más allá de la vida y de la muerte,
de las constelaciones más lejanas,
tú serás el amor que no se olvida,
tú serás el amor que no se apaga.

Adolfo León Osorio





Hoy



Hoy.

Ojala los calendarios no tuvieran esta fecha. Ojala, vientos amigos hubiesen arrancado todas las hojas de todos los calendarios de todos los años de tal día como hoy. Ojala nunca hubiese ocurrido. Los malos duendes de la melancolía, la desesperanza y el dolor rebuscan hoy por los cajones de mi memoria y te evocan. El universo te recuerda. El cosmos llora. Yo lloro. Y las artes de toda la historia confluyen para honrarte cuando llega este día.

Los timbales y las trompetas de Purcell fueron musicados para ti, para ser escuchados en tu honor.


Neruda escribió La noche está estrellada y tú no estás conmigo para que yo lo leyera esta noche.

El destino sabía que el Lacrimosa de Mozart fue creado para nosotros.

El grito final de muerte helada de La Boheme era por tí.

y con Machado he aprendido que habría de hacerse Su voluntad contra la mía. Siempre fue así, siempre es así.

La barca rosa de Gabriela Mistral era la tuya, tierna compañera.

Dante ya sabía que serás la Beatriz que me guíe y me salve cuando arribe mi turno.

Te buscaré más allá de las tinieblas, mi dulce Eurídice. Y no miraré atrás.

También yo, como León Osorio, cien veces quise interrogar al cielo pero ante mi desventura el cielo calla.

He sentido el manotazo duro, el golpe helado, el hachazo invisible y homicida que Hernández anunció.

Con Quevedo espero que seas polvo enamorado. Yo lo soy. Siempre lo seré.

Me aferro a los versos de Dylan Thomas: aunque los amantes se pierdan quedará el amor y la muerte no tendrá señorío. Eso sí te lo garantizo.

Y Martí i Pol sabía ya que no tornarás pero que perduras en mí de tal manera que me cuesta imaginarte ausente para siempre.

Sólo anhelo, con Manrique, a que mi río desemboque en tu mismo mar y nuestras aguas se confundan otra vez.

2/2/12

El torreón


El torreón se alzaba detrás del bosque de Guden, justo en la ladera de las montañas. El sitio lo había elegido, o al menos así se decía en la comarca, el mismísimo Escipión el Africano cuando, al frente de sus legiones, perseguía a los cartagineses y necesitó montar su principal campamento en un lugar protegido de escaramuzas y tempestades. Fuera o no leyenda tal origen, lo cierto es que la torre era un baluarte majestuoso e imponente. De planta cuadrada, sus altos muros estaban coronados con almenas y saeteros amén de una plataforma elevada en donde podían prepararse ollas de aceite hirviendo con el que abrasar a los enemigos. El enorme hayedo que era necesario atravesar para divisarlo lo ocultaba de la visión desde muchas leguas y las colinas pedregosas y escarpadas que dormitaban a su espalda, lo protegían de traicioneros ataques. Los árboles del bosque estaban tan juntos que incluso para un hombre sólo a caballo era complicado serpentear por entre ellos. En más de una ocasión, algún caballero perdido hubo de apearse de su montura, dejar marchar al animal y proseguir su camino a pie, usando su espada para abrirse paso entre la cerrada fronda. Realmente, si uno no conocía su paradero era difícil encontrar el palacio.

Por eso, causó sorpresa la aparición, un atardecer de febrero, de aquel hombre cansado, con la apariencia de un mendigo pero los modales de un noble, y un pequeño zurrón y una cantimplora como únicos enseres. El centinela de la torre había escuchado dos golpes en la puerta pero las visitas eran tan desacostumbradas que pensó que había sido algún animal. Ninguna llegada estaba anunciada y el caminante hubo de golpear repetidamente el portón hasta que el centinela, alerta por lo inusual del evento, se armó con espada y casco, escudo y lanza, y entornó la pesada madera con mucha precaución.

- Mi nombre es Osborne de Mantria, duque de Trubia- dijo el forastero.

- Ve por donde has venido si no quieres que te ensarte como a un pollastre- contestó el guardia receloso. Por aquellos lugares no se adentraban los pordioseros ni los pedigüeños pero, de tanto en cuanto, sí los ladrones de bandas que huían de la justicia.

- Quiero ver a tu señor. Dile presto que Osborne de Mantria ha venido a hablar con él.

El soldado hizo ademán de tomar su espada pero se detuvo. La mirada del desconocido estaba clavada en él, con la tranquilidad que sólo un caballero puede demostrar ante el peligro. El hombre no estaba asustado ni a la defensiva. Simplemente, esperaba ser obedecido. El centinela pensó que si daba aviso nada perdería pero que si cometía el error de echar a patadas a un vero amigo de su señor, podría meterse en verdaderos problemas. Así que le dijo que esperara, cerró la puerta por si acaso y corrió a dar la nueva al salón central.

- ¿Osborne de Mantria? – preguntó extrañado don Pedro, el dueño del lugar. Alzó la vista del libro de horas que estaba leyendo y se quedó mirando la lumbre que parpadeaba en la chimenea, intentando recordar si conocía a alguien que se llamara así.

- Ese es el nombre, sire- contestó el soldado. Asegura que es duque.

- ¿Lleva hombres de guardia? ¿algún pendón que muestre su abolengo?

- Sire… - balbuceó el guardia- lo cierto es que viste como un mendigo.

- ¿Un mendigo?, ¡Quiera tu alma que no estés bromeando conmigo, miserable!

- Perdón, sire… creí que podría ser de cierto un noble amigo de vos.

Don Pedro iba a despedir al centinela para que echara al visitante cuando recapacitó. La torre no era fácil de encontrar y no tanta gente en el reino sabía de su existencia. Sólo algunos de sus iguales y, sobre todo, la corte real. Había escuchado historias en el pasado de reyes y príncipes que se disfrazaban de vagabundos para sorprender a los nobles, para espiar informaciones que ellos no deseaban que fuesen conocidas, para afearles sus conductas cuando se presentaban en la cancillería o para imputarles falsos cargos de maldad hacia los siervos. Si aquel viajero se había adentrado hasta allá era seguramente porque tenía una buena razón. Y, pensó, él era más listo que el rey. Si le quería encontrar en falta no lo lograría.

- Espera- le dijo al soldado- déjame pensar.

- Sí, sire.

Dejaré que entre- se habló as sí mismo- le daré de comer y de beber, le dejaré que pase la noche en el pajar y haré que le traten con cortesía. Si el tipo es un miserable que miente, nada pierdo con hacerlo. Será una obra de caridad y Dios me lo premiará. Si, al contrario, resulta que es un duque de cierto, un espía de la corte, verá que soy un hombre respetuoso de Cristo, caritativo y de fiar.

- Hazle pasar- dijo por fin y el centinela salió raudo hacia la puerta.

Poco después, el extraño visitante llegaba ante don Pedro que fingió continuar leyendo las oraciones del libro de horas. El recién llegado hizo una profunda reverencia mostrando que, al menos, conocía los modales más elevados.

- Sed bienvenido a mi humilde casa. - don Pedro, al verle con aquellas ropas tan raídas se admiró de que el rey fuera tan detallista al enviar a sus espías. Realmente, parecía un esclavo de la gleba. – Soy don Pedro….¿Sois….?

- Osborne de Mantria, duque de Trubia, para serviros. Disculpad que me haya presentado sin solicitar audiencia ni dar recado con alguno de mis criados. Una penosa circunstancia me hace aparecer así ante vos y os ruego que me disculpéis.

- Por favor, no os disculpéis- don Pedro le siguió la corriente sin saber bien si estaba inmerso en una chanza o estaba jugándose su futuro en la corte del reino. Al menos, la educación del forastero y el tono italiano de su acento no eran los de un ladronzuelo.

- Veréis, señor don Pedro- ah! Conocía su nombre, pensó el dueño de la torre, sin percatarse de que se lo acababa de decir él mismo. Debe ser un espía porque de otro modo tal cosa sería imposible. – vengo de muy lejos, de la lejana Italia y me dirigía a visitar al rey don Fernando pero se trata de una visita de incógnito que no deseaba fuese aireada ni en mi país ni en el vuestro. Aun así, me proveí de dos caballos y dos pajes que me sirvieran. La mala fortuna quiso que ambos enfermaran al llegar a puerto. Peste, quizá.

Don Pedro se llevó un pañuelo a la boca de manera instintiva como si aquel gesto fuese un parapeto ante el contagio.

- No temáis- dijo Osborne- nunca tuve cercanía de ellos. Vos sabéis que los hombres de nuestra posición han de ordenar en la distancia. Mi salud es excelente aunque me veáis ahora sucio y cansado.

- Proseguid, os lo ruego.

- El caso es quedé sólo y tuve que continuar mi camino hacia la capital sin escolta y sin ayuda. Preferí, por motivos que seguro que comprendéis, pasar desapercibido. Soy valeroso, hábil con la espada y mi mano no tiembla a la hora de punzar estómagos pero siendo uno contra muchos posibles enemigos, extranjero en tierra extraña y con una misión que exige mi éxito, no podía arriesgarme a ser objeto de ataque o hurto en cualquier villorrio. De modo que me vestí humildemente y continué, con la mala fortuna de que me perdí hace ya dos semanas. El bosque que protege la torre es realmente horrendo. He comido bayas y frutas, he pernoctado al raso y me he visto atacado por lobos en varias ocasiones. Mi cuna me urge a solventar mis problemas por mí mismo pero nuestro Señor Jesucristo ya nos indicó la virtud de la humildad. Así que cuando tras mucho deambular entre las hayas vi el torreón comprendí enseguida dónde estaba. No tengo el placer de haberos conocido antes pero hasta Italia han llegado noticias de la generosidad del señor don Pedro, el que posee el más noble y recio torreón de la Cristiandad, construido hace muchos siglos por mis compatriotas. Aunque jamás había estado aquí, supe que seríais vos, que esta torre sólo podía ser la que las leyendas han llevado más allá de las fronteras.

Don Pedro se sentía halagado y la zalamería educada de Osborne le había ganado. Tanto daba si era un espía del rey o un noble italiano realmente perdido. En cualquier caso, tenía mucho que ganar. O, pensó, de mantener ya que se había llevado la agradable sorpresa de que su fama y la de su hacienda llegaban mucho más allá de lo que él nunca hubiera pensado. Ciertamente, estaba satisfecho y se congratuló de ser astuto. Si hubiera cedido a la primera impresión hubiera echado a patadas al visitante, como lo hubiera hecho el mismo centinela. Pero, se sonrió para sí, esa es la diferencia entre un siervo y un señor. Que este recapacita, piensa, analiza las opciones y jugadas futuras como si la vida fuese un ajedrez gigante que hay que jugar.

Mandó dar comida y baño a Osborne y le alojó en la habitación del ala norte. No era tan estúpido como para confiar plenamente en aquel hombre de modo que ordenó una discreta guardia en ambos lados del pasillo y al pie de la ventana de la cámara. Por la mañana le informaron que nada había ocurrido, que el forastero no había dejado la habitación hasta que solicitó la bacinilla cuando ya clareaba y que apenas se le sintió en la alcoba.

- No sé cómo agradeceros tanta benevolencia- dijo el forastero. Le habían regalado unas ropas del propio don Pedro y se había rasurado con esmero. Ahora, ciertamente, parecía el caballero que era – No sé cómo pagaros tanto desvelo. Sabéis que he de proseguir mi camino para visitar al rey y no desearía interrumpir más vuestras labores.

- Nada, nada- contestó don Pedro- y además vais a hacerme el honor de aceptar un caballo para el resto del viaje.

- No es necesario. ¿Cómo podré devolver tanta bondad?

- Somos caballeros cristianos- dijo don Pedro, fingiendo caridad y esperando en lo más hondo lo que escuchó a continuación para su plena alegría.

- No sólo os lo devolveré cuando llegue a mis tierras en Italia sino que he de hacer saber al rey don Fernando de vuestra caridad, vuestra bondad, honradez y lealtad a Dios y al monarca.

- Sólo soy un humilde servidor- bajó los ojos con cierta teatralidad.

Don Pedro subió a la atalaya a saludar con su mano al duque que se alejaba. Este respondió desde la montura antes de apretar sus piernas contra el caballo y ponerlo al galope. Pronto, desapareció por el sendero que rodeaba la sierra. Don Pedro bajó despacio hacia la sala y se sentó frente al fuego. Hacía frío y mientras dejaba que la vista jugueteara con las pavesas amarillentas, comenzó a imaginar su futura vida en la corte, cerca del rey, quizá casando a su amada hija con el príncipe.

El caballo blanco y su jinete dejaron de cabalgar hacia el norte apenas las montañas cubrieron la visión de la torre. Entonces, el viajero giró súbitamente hacia el sur y, siempre lejos de la vista del palacio, se introdujo en el bosque de hayas. Al entrar, le saludaron los trinos de los pájaros y una sinfonía de rumores y murmullos que él conocía bien. Entre todos ellos detectó un canto especial, de abubilla. Detuvo al caballo y se cercioró de dónde procedía el sonido. Sacudió las riendas y ambos, equino y jinete, se perdieron por el único camino ancho que existía en el bosque.

- Toma un vaso de vino. Te lo has ganado- dijo el tipo barbudo y corpulento- la verdad es que estás loco. Al menos, te pagas la comida, de eso no hay duda. Cualquier día te matan.

- Cualquier día, pero no hoy- rió el joven al tiempo que tomaba la copa. Bebió con ansia.

- Nos darán al menos diez monedas de oro por este magnífico caballo- dijo el gordo.

- Y otras cinco por esta ropa de seda. Si es que te la doy porque me gusta esto de ser señor con tierras y siervos, duque de, ¿dónde dije?, ah, sí, Trubia. - se pasó la mano por la cara recién afeitada y se sintió extrañamente bien.

- Si no te mató el tal don Pedro, te mataré yo- gritó el otro mientras echaba un trozo de venado en el fuego.

- ¿Sabes? Lo mejor fue la cama, tan mullida y perfumada. Sólo me faltó una mujer para sentirme en el paraíso, a fe mía. Olía a dulce joven, a piel enamorada- suspiró como un poeta bajo la luna.

- Sienta esa cabezota- le recriminó el barbudo- lo que hiciste era innecesario, una estupidez. Eres un bellaco y acabarás en la horca. Ese año que pasaste estudiando en la ciudad te volvió loco de remate. Aprendiste a hablar como un adinerado conde pero la labia no da de comer, la locura te lleva a la tumba. Sólo es cuestión de tiempo.

- Sí, pero mientras tanto tú duermes siempre sobre el suelo y yo sueño de vez en cuando, mientras tú hueles a estiércol, yo me baño en sales cada cierto tiempo, puedo imaginar a la princesa que visitó las mismas sábanas en que yo descansé…para vivir los sueños hay que arriesgarse...

Tomó otra copa de vino y pensó que anhelaba volver al torreón dentro de unos días, a dormir en aquella cama con olor a jazmín. Al cabo, debía regresar de la corte y presentar sus respetos a don Pedro. Era lo que la cortesía exigía.

– No vamos a vender el caballo aún, lo necesito un poco más – dijo, y el gordo escupió al suelo con desgana sin comprenderle.







1/2/12

Poems of love


Poems of love es un app de Itunes que permite acceder a una comunidad de autores de poemas de amor. La aplicación ha sido creada por Neofitidis Stefanos y permite no sólo leer los poemas ya almacenados en la red sino subirlos si es que uno es escritor y piensa que sus versos merecen ser leídos por el resto de las personas que hayan descargado la aplicación. Dispone de un buscador robusto y dotado de bastantes filtros para poder seleccionar un poema que se adapte a nuestros deseos. Asimismo tiene capacidad de interactuar con las redes sociales y manejar anotaciones. Existe una versión gratis y otra de pago que tiene algunas funcionalidades añadidas.