31/3/13

Bonehead




Bonehead es una aventura de ficción interactiva que narra la historia de Fred Merkle, un jugador de baseball que comete un error en un partido decisivo y que, a partir de entonces, debe cargar con esa lacra por el resto de su existencia. Como en todas las narraciones interactivas de este tipo el lector debe "hablar" al programa, indicándole qué hacer en cada momento para que la historia continúe por uno u otro camino. Personalmente, el conjunto de instrucciones escritas que este relato "comprende" me parece limitado porque es fácil cansarse de intentar dar instrucciones que no son entendidas por el parser. Con todo, sí hay que decir que la trama tiene enjundia y da de sí.
 
Para poder ejecutar la aplicación se precisa de un intérprete IF adecuado, en este caso de ficheros con formato Glulx. El fichero ZIP que contiene la narración puede descargarse de este enlace.
 
 


30/3/13

On the Web





On the Web de Xtine Burrough es una recreación digital del libro que Jack Kerouack escribiera en 1957, On the road, una interpretación de la novela en la que sustituye la palabra "road" por la palabra "web" a lo largo del texto para descubrir nuevos significados de la historia original en el mundo moderno. Estas sustituciones están señaladas manuscritamente y soportan enlaces.
 
Está programado en HTML5 (lo cual implica que se necesita un navegador capaz de soportarlo completamente como Chrome) y mantiene el concepto de papiro desenrollable con barras de scroll. El interface es sencillo, con una foto de fondo, un menú emergente  y el texto en el centro.
 
Bastante interesante.
 
 


 



29/3/13

Lluvia






No debía ser y no ha sido. Es viernes santo y, como siempre, es un día que está lleno de recuerdos de ti, de tu pasión particular, de tu ausencia que ya no asusta, de la esperanza en que el ángel removerá la piedra. No debía ser y no ha sido. Hoy el escenario del mundo tenía que vestirse de tristeza, de atmósfera plomiza y tenue, recrear el torbellino de nostalgias de los idos y tejer con una luz  sorda el hilo invisible e imposible que a ellos nos unen, hoy era día para reabrir la herida de tu marcha. Sí, hoy la primavera debía aguardar, detenerse junto a los cirios y los capiruchos, los penitentes y las cofradías, los candiles y el vaivén de las tallas avanzando por calles estrechas. Hoy no debía amanecer azul ni verse azucenas floridas o vencejos haciendo malabares en los campos iluminados de sol. No, no podía ser así. Hoy, la tierra también debía ataviarse de pesar, estaba obligada a ello. Hoy la tarde debía doler de lluvia, pintarse de esa luz gris con que llora el alma del mundo cuando quiere envolver el corazón con recuerdos eternos. Así ha sido. El aguacero ha acercado las memorias, las ha lavado como se asea la vestimenta para poder vestirla de nuevo renovada y límpida, para que el pasado y los recuerdos permanezcan intemporales en mí por siempre, cubriendo la desnudez en que me dejó tu ausencia.
 
He agradecido la lluvia intensa, la sobriedad con que los jazmines han reprimido su aroma, el salpicar del barro de los caminos y el recogimiento del mundo. Hoy era día de quedarse solo, desvalido, frágil ante ti y el nazareno, de volver a preguntar por qué Dios nunca escucha al que han colgado en la cruz, en cualquier cruz. Hoy era necesaria la lluvia.

 

The Beast




The Beast, de Laura Marling, es un poema animado que utiliza las capacidades gráficas del canvas de HTML5 para ir narrando las diferentes estrofas mediante la lectura de los versos sobre dibujos que se van moviendo en modo scroll o deslizante con la utilización de velocidades diversas en cada plano (Paralax).

El resultado es atractivo, sugerente, creando un atmósfera muy adecuada al texto mágico e inquietante del poema.
 
Contiene enlaces a diversas redes sociales.

 
 



28/3/13

Dracula Dissected





Dracula Dissected es un ejercicio intensivo del uso de metadatos aplicado, en este caso, al análisis de la clásica novela Drácula. Mediante la incoporación de datos ocultos a cada personaje, cada lugar, cada fecha, cada suceso, cada hecho importante de la narración, esta disección permite al lector encontrar y analizar prácticamente cada componente de la novela. Mediante la utilización de mash-ups pueden recrearse los viajes que se narran en la historia en un mapa geográfico, podemos enlazar hechos, lugares o elementos a páginas externas para obtener más información, etc. El resultado es un impresionante trabajo que analiza al detalle la obra de Stoker.
 
 



27/3/13

Rumbo a la isla del tesoro




Rumbo a la isla el tesoro es la continuación de la tradicional novela La isla del tesoro de Stevenson, en un tiempo que se sitúa cuatro años después de que la historia clásica haya terminado. Producido por Coladia, es un juego literario con imágenes enriquecidas en las que el lector debe ir siguiendo las pistas que le conducirán a la localización del tesoro. Una aventura conversacional en la que, cada cierto tiempo, el usuario debe elegir por dónde continuar la historia de modo que leerá una u otra versión en función de sus decisiones.

26/3/13

Esculturas tipográficas





Ebon Heath es un artista de Nueva York que crea interesantes y bellas esculturas compuestas de letras, de tipografías recortadas, que posteriormente se combinan en objetos tridimensionales complejos que aunan belleza y geometrías sumamente elaboradas. El autor considera que sus esculturas son la plasmación en objetos del lenguaje, del flujo de palabras que cada día nos rodea. Como si la lengua cristalizara en flores que se congelan en el are.
 
Ebon mantiene una cuenta en Facebook y un webiste muy interesantes.
 
 

25/3/13

Poemário




Poemário de Rui Torres y Nuno Ferreras es un programa de generación de textos automáticos mediante la combinación de palabras que se organizan según determinados moldes y criterios. Una técnica similar a la utilizada en Mar de versos. En este caso, no obstante, el usuario debe tomar ciertas decisiones en un menú inicial. En idioma portugués. No es la primera vez que estos autores exploran la generación automática de texto.
 
Está escrito en Flash y ActionScript 3 por lo que el navegador donde se visualice debe soportar este lenguaje. Una descripción conceptual el diseño puede leerse en este fichero.
 
 

24/3/13

Perdrix TXT





Perdrix TXT es una aplicación para visualizar y leer libros electrónicos en el Ipad, Iphone o Ipod. Como señala su publicidad su objetivo es estar "closer to the real book experience..." lo que es un motto para reflexionar. En un mundo que enfatiza lo digital, el objetivo es parecerse al libro de toda la vida que tenemos desde hace centurias.

En cualquier caso, esta aplicación tiene como elemento más original el que se pueden "ver" los lados del libro de modo que el lector tiene una idea de por dónde va leyendo, de si le quedan muchas o pocas páginas. Por lo demás tiene muchas opciones de lectura, personalización y anotación pero que son usuales en este tipo de programas.
 
 
 

23/3/13

The Underground Library





La iniciativa Underground Library busca acercar la literatura  e incentivar la lectura y el uso de las bibliotecas entre los viajeros del metro de Nueva York. Se trata de una iniciativa de tres estudiantes de la Miami Ad School —Max Pilwat, Tan Keri y Rodríguez Ferdi- que se basa en la utilización de la tecnología NFC, técnica que permite trasmitir datos entre dispositivos cercanos mediante ondas de radio.

En concreto, se colocan una serie de carteles con anuncios de libros dentro de los vagones. Cuando el viajero fotografía uno con, por ejemplo, su teléfono móvil  se le descargan unas pocas páginas del libro desde un emisor en el propio vehículo ya que no hay conexión a Internet en los subterráneos del metro. El lector puede leer ese breve resumen y, si lo encuentra interesante, al salir al exterior puede dirigirse a la Biblioteca Pública para pedir en préstamo el libro en papel.





22/3/13

Dos días de permiso






El tren estará ahora serpenteando por entre el bosquecillo de olmos y la nube de vapor de la locomotora se expandirá hacia atrás como si se tratara de la cola de un cometa. Conoce bien el trayecto porque ella misma lo ha hecho en otras ocasiones. El cielo está azul y, para ser otoño, la temperatura es agradable. Ruth está feliz de que llegue, de que venga entero, sano y salvo. Parece mentira que el día pueda ser tan hermoso cuando en la frontera hay una guerra con el país vecino. Pero, por ahora, el cielo ha sido misericordioso y Paul viene de permiso por sólo dos días antes de regresar al frente.  Le ama, siente que le ama con todas sus fuerzas, más ahora que está lejos y en peligro.
Aún no se ve la silueta del tren a lo lejos, tiene un poco de retraso aunque en el cartelón grande que cuelga de la cercha que cubre el andén sigue poniendo que llega en hora. Le ha comprado dulces de leche porque sabe que le encantan y porque llegará hambriento y asqueado del rancho que dan en el ejército. Se pregunta si vendrá muy demacrado, la última carta la recibió hace ya un mes cuando le anunciaba lo del permiso. El cristal de una ventana le devuelve su imagen. Se ve a sí misma feucha y se maravilla de que un hombre como Paul, apuesto a decir de todas, la eligiera pocos meses antes de que le llamaran a filas. Un hombre de la capital que se enamora de una chica como ella en un viaje de turismo es un sueño que nunca había esperado.
Un traqueteo lejano hace vibrar los raíles y la gente que espera se acerca inconscientemente al bordillo del andén. Primero llega el sonido, luego la parte alta del humo de la máquina y, por último, la imagen del convoy que ya está frenando, allá en la linde del camino.
Los vagones se detienen entre el chirrido agudo de los frenos rozando contra las ruedas. Las ventanas están repletas de soldados, todos vestidos con el mismo uniforme verdusco y raído. Qué diferentes están de cuándo marchaban a la guerra con sus trajes recién estrenados y la inconsciencia marcada en sus sonrisas.
-        Volveré héroe- recuerda que gritó un muchacho. Quizá esté ya muerto.
Ahora regresan con caras tristes, barba sin rasurar, pelo sucio y sin aspaviento alguno. Sólo miran como si eso les fuera suficiente. Observan y piensan en sabe Dios qué. Ruth recorre cada cara, cada figura, cada gesto hasta que, por fin, ve que Paul baja por la escalerilla del cuarto vagón. Lleva un macuto al hombre y le sonríe mientras agita la mano.
Corre hacia él y se encuentran a medio camino. Se abrazan y se besan. No se le ve mal.
-        Estás mucho más guapo que nunca- le dice cariñosa-, mucho mejor que los demás.
Él la besa de nuevo y palpa con su mano su silueta. Ella ha alquilado una habitación en el Londinense, un hotel de tres estrellas, limpio y con camas amplias, que conocieron antes de que a él le llamaran a filas. Dan servicio de comidas en la habitación y se sonroja cuando recuerda que Paul, en su carta, le pedía que buscara un sitio con servicio de habitaciones incluido y que no fueran pelmas con la limpieza de los cuartos. Ella sabe lo que eso significa. Ella también le desea porque le quiere muchísimo.
Piden un taxi y media hora después están haciendo el amor. Se han subido una bandeja con un par de bocadillos y ya se han comido dos dulces. Fuera, la noche está envolviendo la ciudad pero Ruth sabe que no van a dormir porque quiere conocer sus desventuras en la batalla, quiere sufrir con sus penurias, desea que la posea porque quizá sea la última vez que lo tenga junto a sí; conocer todo por si, cuando se le escape de sus brazos, esas memorias sean lo último que le quede.
-        Sólo dos días- dice ella mientras le acaricia el pecho desnudo.
-        La guerra es así- contesta él- Además, son tres noches porque me voy el jueves a la mañana.
-        Cuéntame cosas de la guerra- pide ella- quiero saber lo que tú sabes, sentir lo que tú sientes, ayudarte si puedo.
-        No es agradable.
-        Pero quiero saber.
-        Y yo no quiero que sepas.
-        ¿Es duro?
-        Claro que lo es, uno acaba pensando sobre todo en sí mismo.
-        Sí, debe ser muy duro- ella le da un beso en la mejilla- Te adoro, Paul.
Ruth vuelve a dejar que la posea, que la ame, sabe que la necesita. Sólo dos días, vaya mierda de permisos que dan a los soldados. Ha estado en las trincheras por seis meses y deberían permitirles estar más junto a sus seres queridos, le dice, pero él contesta que están escasos de hombres, que el enemigo está fuerte y que los batallones más veteranos son los que soportan el empuje de la acción, que los relevos de larga duración son imposibles. Ella le escucha como si Paul fuera un general ducho en estrategias y arte militar.
Para Ruth, los dos días transcurren como si todos los relojes del mundo se hubieran vuelto locos y giraran a la triple velocidad que lo habitual. Se pregunta cómo él puede soportar la presión y el miedo. La última noche, Paul duerme tranquilo mientras ella vela sin poder conciliar el sueño. Deben madrugar porque a las cinco sale el tren. Le ha contado que, primero les llevan a la capital, luego al frente. De tanto en cuanto, le acaricia para atesorar sensaciones y momentos. Le musita que le ama continuamente aunque él sólo lo oiga en sueños. Sólo dos días, vaya mierda de permiso.
Aún no ha amanecido mientras se besan en el andén. Varios soldados están ya subiendo al convoy militar.
-        ¿Me escribirás?- pregunta Ruth.
-        Sabes que todo cuanto pueda pero las comunicaciones no son fáciles allá.
-        Lo sé. Te quiero mucho.
-        Y yo a ti- dice él mientras se acercan a la portezuela del vagón.
El jefe de estación está ya levantando la banderita roja y Paul sube al tren. Se asoma a la ventana y lanza un beso con su mano. Ruth intenta no llorar pero le es difícil. Se escucha un silbato a lo lejos y la profunda respuesta de la bocina de la locomotora casi de seguido. Lentamente, el tren se pone en marcha y Ruth permanece inmóvil hasta que deja de verse el último coche. Tiene que pasar a pagar la cuenta del hotel porque salieron a toda prisa. Luego, irá a su casa del pueblo hasta que, Dios lo quiera, le den otro permiso o la guerra acabe. Sólo dos días, vaya descansos más cortos que dan a los soldados. Cuánto le ama.
El tren serpentea por entre el bosquecillo de olmos. Paul lee un periódico cuando alguien se le sienta al lado.
-        Hombre, Paul, ¿de permiso? – es otro soldado, largilucho y lleno de acné, que parece conocerle.
-        ¡Marc! - le tiende la mano para saludarle- ¿qué cuentas, chaval?
-        Por fin, el mes de mes de permiso, ya era hora. Voy a casa y pienso pasármelo durmiendo y comiendo bien.
-        Apuesto que sí- contesta Paul.
-        ¿Y tú? ¿También de permiso?
-        Sí, un mes, como a todos. Empecé hace tres días.
-        ¿Sigues con aquella novia en la capital, la de las tetas enormes?
-        ¡Claro! ¿Quién puede dejar unos pechos así?- ríe- para allá voy. Me espera impaciente.
 
 

 

21/3/13

Oh, Browser, My Browser





Oh, Browser, My Browser de Xtine Burrough es una recreación de los versos que el célebre poeta Walt Whitman escribiera en 1900, Oh, Capitán, mi capitán. En este caso, la original muerte del capitán de un barco se convierte en el deceso potencial de la web como la conocemos, es decir la muerte del navegador, del browser. Se trata de un trabajo sencillo en el que cada verso aparece en letras grandes sobre un video que ha sido descargado de YouTube habiéndolo buscado usando alguna de las palabras que aparecen en el verso que se superpone. No especialmente interesante.

La interacción con el usuario se reduce a hacer avanzar las diferentes escenas.
 



20/3/13

The O2 Tales




Si en la entrada anterior hablábamos de una versión digitalizada de Los cuentos de Canterbury, en esta lo hacemos acerca de un hipertexto moderno que recoge el estilo y la idea de la obra del siglo XV para crear una nueva en que se narra una aventura en el mundo musical de hoy en día, con apelaciones al grupo O2 y al programa The X-factor (una especie de Operación Triunfo en Gran Bretaña). The O2 Tales combina hipertextualmente pequeños trazos narrativos.
 
Un interface naif, que simula un convoy del metro londinense y que se mueve a derecha e izquierda en función del cuento - aquí, un personaje- que queramos leer. Unos dibujos sencillos pero que encajan bien con la atmósfera del trabajo. Como música de fondo se utilizan versiones amateurs de canciones más o menos famosas, de calidad más que regular pero adecuadas a este contexto naif citado.


The Canterbury Tales



 
The Canterbury Tales, la obra de Geoffrey Chaucer escrita poco antes del año 1400, está ahora digitalizada - un proyecto de la ELF, la Electronic Literature Foundation -  e incluye dos ediciones completas de los clásicos cuentos. Por un lado, el original medieval y, por otro lado, una versión moderna poetizada en pareados. Además, estas versiones pueden leerse una a una o intercalando líneas para una mayor fcilidad de comprensión. Dispone, también, de una galería de unas decenas de ilustraciones. La navegación permite las habituales opciones de búsqueda, paginación, etc.
 

19/3/13

SeedSigns for Philadelpho




SeedSigns for Philadelpho de MieKal es un poema visual, más visual que literario, que combina imágenes de cada letra del nombre de Philadelpho junto a sonidos, voces y música para crear una atmósfera onírica y sutil. Un juego de programación que no tiene más trascendencia. No existe interactividad alguna y las letras están silueteadas de forma rudimentaria.


18/3/13

Concurso Transmedia





Mañana se celebra el primer Concurso Transmedia organizado por la Universidad Autónoma de Barcelona. Los artistas que se animen a partcipar  en este certamen deberán presentar un capítulo de su proyecto on-line en formato: webserie, docuweb y/o spot publicitario. Se deberá acompañar un resumen en el que se exliquen las principales características de la obra.

El premio es de 400 euros y el ganador será elegido el mismo día del evento por el público asistente mediante votación en Twitter accediendo con un hashtag. Previamente se habrán visionado los trabajos escogidos en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona. 
 
Las bases del concurso pueden leerse en este enlace.
 
 
 
 
 

17/3/13

Without a Trace





Without a Trace es un divertimento digital consistente en combinar de manera aleatoria viñetas publicadas en la serie cómica Real Life Adventures con filtros gráficos y titulares y otras imágenes del New York Times de modo que se consigue una historia gráfica totalmente disparatada pero también imaginativa. La actualización se realiza diariamente de manera automática mediante canales RSS.

La idea y el concepto es de Jody Zellen y la programación es de Peggy O'Connor.

16/3/13

Crear e-books en el Ipad






Evidentemente, ninguna herramienta nos va a dar la capacidad de idear una historia, de imbuir la inspiración literaria en nuestra cabeza o de crear una narración atractiva, interesante y emocionante pero dando por supuesto que ya la hemos escrito y que creemos que tiene la suficiente calidad como para que otros lectores la disfruten, las herramientas de auto-edición y publicación son utilidades que nos ahorran mucho tiempo de preparación y, sobre todo, que pueden otorgarnos una calidad formal no conseguible de modo artesanal. Los libros no sólo se venden por su contenido sino también por su presentación.
En particular, existen variadas herramientas para crear e-books en un Ipad y continúan apareciendo más periódicamente. Todas son parecidas en cuanto a concepto pero en función de dónde focalizan sus ventajas presentan diversas particularidades que pueden ser más o menos atractivas para cada diferente escritor.
Creative Book Builder

Una de las aplicaciones más completas, específicamente diseñada para crear e-books. Entre sus muchas características se pueden destacar:
-             Formateo y maquetación completa del texto
-             Facilidad para añadir párrafos, imágenes, vídeos, audios, enlaces, capítulos, títulos, etc.
-             Soporta la sintaxis Markdown
-             Permite insertar fotos, vídeos, otros ficheros en formato ePub, ficheros PDF, de PowerPoint, XLS, sonidos, etc. directamente desde servidores o desde la nube. Permite, asimismo, editar estos contenidos.
-             Permite colocar enlaces en el texto
-             Incluye capacidades para insertar tablas
-             Sincronización de texto y audio
-             Creación de glosarios de términos.
-             Soporte de ecuaciones para textos técnicos.
-             Permite crear e incluir códigos QR que luego puedan enriquecerse con contenidos adicionales.
-             Interface WYSIWYG
-             Validación ePubCheck
-             Exportación a ePub 2.0 o 3.0 y a PDF. Transferización del libro vía Itunes.
-             Conversión a HTML mediante TouchAppCreator.
 
Pages

Pages es la aplicación de Apple destinada a tratamiento de textos (el equivalente al Word de Microsoft) pero que sirve asimismo para preparar y publicar de manera sencilla e-books en la plataforma propia de dicho fabricante. Es cierto que Pages tiene una gran potencia de maquetación. Una vez creado el documento puede exportarse a ePUB o PDF. Estos, llamémosles ya e-book, pueden ser subidos vía Ibooks para poder ser leídos en los dispositivos propios de Apple (Ipad, IPhone, ITouch). También, la “nube de almacenamiento”, ICloud sincroniza automáticamente el fichero en todos los dispositivos.
Las ventajas de utilizar Pages son que se trata de una herramienta sólida, bien probada en la plataforma Apple, con todas las funciones propias de un procesador de textos. Esto mismo es su desventaja porque estamos hablar no crear el libro sino de “convertirlo”, de “publicarlo” y puede ser demasiado grande o complejo para ello.
 
Book Creator

De modo similar a otros programas, Book Creator permite añadir fotografías desde las aplicaciones gráficas o desde la web, modificarlas en tamaño o posicionarlas. El texto se puede maquetar de diferentes maneras utilizando fuentes diversas, se pueden importar archivos de sonido y vídeo, incluso grabaciones propias. Permite determinar el lay-out del libro de diversas formas y el resultado puede exportarse a ePub o PDF. Soporta también Ibooks.
  
Blogsy

Se trata de un excelente programa para crear y actualizar blogs. Permite fácilmente crear las entradas y añadir vídeos y fotografías con sólo tocar la pantalla con los dedos. Soporta contenidos archivados en Picasa, Flickr, Facebook, Instagram, Vimeo, Youtube, incluso directamente desde otras webs (cuidado con la propiedad intelectual). Soporta asimismo la creación en Blogger, Wordpress. TypePad, Drupal, Tumblr y MetaWeblog entre otras plataformas de publicación de blogs. Asimismo, tiene prestaciones de maquetación de textos y conexión a redes sociales. 
DemiBooks Composer

Otra aplicación para Ipad que permite crear el texto, maquetarlo, añadir música o sonidos, grabaciones, vídeo (en diversos formatos), animaciones, sistemas de navegación y enlaces internos o a páginas externas, general acciones (esperar, pausar, etc.), animar objetos como fruto de eventos o crear objetos arrastrables, entre otros. El resultado se puede ver en modo previsualización en el Ipad y se puede exportar o importar vía Itunes. Bajo pago se puede publicar en la AppStore.

15/3/13

INTERSPEECH 2013




Del 25 al 29 de agosto de este año se celebrará en Lyon, dentro  de las conferencias  INTERSPEECH 2013, el concurso  Computational Paralinguistics Challenge   que recogerá algoritmos y experiencias capaces de modelar informáticamente las señales lingüísticas no directamente relacionadas con las palabras como los vocablos de dudas, las risas intercaladas en el discurso, emociones en el habla, etc. Para obtener una amplia descripción de los corpa a utilizar y los objetivos puede leerse este artículo.
 
En este momento, está abierto el plazo de presentación de propuestas hasta el 18 de este mes. Los trabajos elegidos se publicarán hacia mayo.


14/3/13

The Execution of Burton Abbot



The Execution of Burton Abbot es en realidad una base de datos que puede leerse como una narración literaria histórica. El trabajo, producido por Matt Buxton, Angela Kilduff, Amanda Dyer y Steve Saldivar alberga multitud de artículos y reportes sobre el caso de Burton Abbot, en 1955, condenado a muerte y ejecutado en la cámara de gas por la muerte de una niña de 14 años en base a pruebas muy dudosas. El lector de este trabajo puede recorrer todas las informaciones, leerlas en el orden que estime y, al final, decidir si a su juicio el veredicto fue correcto o no, pudiendo votar como si un miembro del jurado más fuera. Está programado en HTML5 (y, por tanto, se necesita un navegador que sea capaz de soportarlo completamente como Chrome). El interface es sencillo de usar pero, a la vez, completo con todas las acciones posibles y documentos al alcance de manera sencilla. Bien diseñado, con numerosas opciones, incluye elementos multimedia (fotos, ficheros, vídeos). Muy interesante.
 
 
 

13/3/13

Ascensor averiado





-        No fastidies, ¿ocho o nueve horas? No way.
Melvin aporrea nuevamente la puerta del ascensor hasta hacerse daño en los puños. Lisa le mira con desgana, como si estuviera en otro lugar.
-        ¿Me oyen? – grita, aunque sabe que no porque lleva ya cincuenta minutos haciendo la misma pregunta al aire.
-        Oye, cálmate ya, tío. Si vamos a estar aquí hasta que regrese la corriente, mejor que te calmes. Yo sé de esto, escúchame. Nos van a caer ocho horas, ya te digo.
-        Tú qué coño vas a saber de esto.
-        Vale, como quieras- Lisa se sienta en el suelo y saca una cajetilla de tabaco negro. Rebusca dentro de su gran bolsa mientras mastica chicle.
Melvin continúa apretando las paredes e intentando abrir la puerta con sus manos, algo físicamente imposible porque sabe - es ingeniero cincuentón, se le cae el pelo pero está en forma por lo demás- que la fuerza del muelle sólo se vencería con un cilindro hidráulico que ahora está desactivado. Saca el pañuelo de su bolsillo, uno blanco y bordado que le costó una pasta en Fieldman’s y se limpia. Mira el reloj. Son ya las seis y cuarto y hace diez minutos que tenía que haber estado en las oficinas de Rodman & Sons. El contrato se va a fundir. Trescientos mil pavos a la mierda por el jodido corte de luz. Habían sido muy claros cuando le llamaron. O les explicaba cada detalle de la oferta o se verían obligados a elegir a su competidor. Sí, le habían dicho que estarían “obligados” cuando él bien sabe que el capullo de Nelson, el comprador, estaba más que lubricado. Sin pruebas, claro, como siempre suceden estas cosas. Un auténtico cínico porque encima ha contratado una consultoría para que haga un reporte en contra de su oferta, más falso que los fósiles que venden en el Arqueológico de la calle Lincoln. O como la bisutería que lleva la joven junto a la que se ha quedado encerrado. Es monilla, le echa unos treinta, pero no es su estilo. Demasiado postmoderna. Ese jersey de lana andina que lleva no le sienta bien y no le haría ningún daño un buen pase por la peluquería y algo de maquillaje. Debe ser, se dice a sí mismo, una hippie fuera de tiempo, de las que ya casi no se ven por la ciudad. Le recuerda a su hijo, Ted. ¿Por dónde andará ahora? Hace bastante que no le ve, desde que se fue a explorar la costa este. Años sabáticos los llamó, cuando sólo hay pocas ganas de trabajar. A veces, le llama por teléfono, un par de minutos, qué tal estás, bien, cuídate. Le echa de menos pero no se lo dice. Casi siempre le recrimina para que siente la cabeza y busque un empleo. Muchas veces, Ted le cuelga.
-        ¿Tienes fuego?- pregunta la chica mientras sigue con la vista dentro del bolso.
-        No irás a fumar ahora... sólo faltaba llenar esto de humo.
Lisa deja de buscar. Definitivamente, piensa, no va a llegar a clase de pintura. Se apuntó hace un par de meses y, lo cierto, es que le gusta aunque si debe ser honesta consigo misma lo único que deseaba al firmar la matrícula era olvidarse de John. Ahora, casi se ríe pero lo pasó jodidamente mal cuando la dejó plantada y se marchó a Chicago. Una nota pegada en el refrigerador es todo lo que tiene de él. Bueno, eso y una caja de fotos de cuando fueron en moto hasta Kentucky. Fue bonito, tiene gratos recuerdos de aquella excursión, era otoño, un otoño realmente cromático con los arces pintados de rojo y los caminos alfombrados con hojarasca sepia y morada. Recuerda especialmente una tarde en que estaban sentados junto al arroyo o, más bien, sobre el río mismo porque habían trepado hasta un tronco que caía desde la orilla hasta una roca en mitad del cauce.
-        Ven- le había dicho John-, no tengas miedo, no nos caeremos.
Recuerda que él se sentó tras ella y la abrazó fuerte por la cintura, sus labios en su mejilla, el pecho fuerte de John tan pegado a su espalda que no cabía ni un aliento, las piernas de él rodeando las suyas. Casi no hablaron. Lo que tenían que decirse se expresaba en las manos que se acariciaban mutuamente, en los besos casi imperceptibles que él depositaba en sus orejas, en la vibración que la respiración de John creaba en su cabello, en el pálpito no controlado de su corazón, en el fluir del agua y en el gorjeo de los gorriones que picoteaban al otro lado. Recuerda aquello y siente una mezcla de rabia y melancolía, de dolor y de alegría por haber vivido lo que otros muchos nunca sentirán. Aquella noche hicieron el amor en un motel perdido en el bosque, un sitio donde paran los cazadores en otoño, entre abetos altos y murmullos de insectos. No era gran cosa pero revive en su memoria la cena al lado de la chimenea y las pavesas voladoras que les acompañaron cuando se tomaron un par de cervezas antes de acostarse. Y, luego, tan sólo pocos meses más tarde, él desaparece. Necesitaba pensar y estar seguro, había escrito el muy cretino.

Un par de golpes contra la puerta la sacan de su ensimismamiento. Melvin sigue intentando salir de la improvisada cárcel en la que la tormenta eléctrica y el apagón les ha recluido.
-        No sigas que sólo te vas a lastimar la mano- le dice-, a una prima mía de California le pasó una vez esto mismo y sólo pudo salir cuando se restableció la corriente. Seguro que hay miles como nosotros en toda la ciudad.
-        Tú sigue ahí tirada. Así os va a la juventud- contesta agrio Melvin.
-        Nos va bien – y piensa en el dolor que aún le provoca la ausencia de John.
-        Ya, ya, ya te veo.
-        Y yo a ti.
-        Oye, niña, no es momento para discutir. Más te valdría ayudarme a desatrancar esta puerta en vez de estar ahí tirada. – le viene a la mente Ted, su niño, porque para él ese cabrón será siempre su niño, aunque no le llame ni le importe un comino cómo le va o cómo se siente desde lo del divorcio.
Empuja una vez más la puerta y, ante la imposibilidad de siquiera entreabrirla, mira al techo y golpetea la lámpara con sus dedos.
-        Venga, tío, no jodas. Que no hay electricidad. ¿Tanto te cuesta entenderlo?- Melvin está pulsando la botonera.
-        Trescientos mil, ¿te das cuenta? Me acabo de cargar trescientos mil dólares. Pero, ¿por qué te cuento esto? Tú ni imaginas cuánta pasta es.
-        El dinero no sirve de nada si no te quieren- vuelve a rebuscar en el bolso- ¿de veras que no tienes un mechero?
-        No fumes aquí. Nos asfixiaríamos.
-        ¿Estás casado? – pregunta ella.
-        Lo que me faltaba, maldita sea. No es el momento para socializar, ¿no crees?
-        Poco más que hablar podemos hacer. Ya que estamos, aprovechemos el tiempo.
-        ¡Este tiempo, este maldito tiempo que estoy perdiendo aquí encerrado me está costando una fortuna! ¿entiendes eso? ¡una fortuna!
-        Pero no tiene solución.
-        Así sois, así. Os importa un carajo el mundo, es fácil decir que las cosas no tienen solución y dejarse ir, dejarse llevar por la vida. Lo mismo que con Ted, con esa bobada de vive el momento.
-        Carpe Diem- responde ella.
-        Vaya, has ido a la universidad por lo que veo- contesta Melvin con sorna.
-        Sí, Harvard, Filología inglesa.
Melvin se queda cortado. No esperaba que la chica tuviera esa formación.
-        Ya veo- acierta a decir-, ¿trabajas?
-        No, estoy en paro. Cuando estoy muy agobiada de dinero, hago unas horas en un súper, en Dominick’s o en Jewel, para ir tirando.
-        Vaya, lo siento- Melvin deja de dar vueltas por el pequeño cubículo que los encierra. Saca nuevamente el pañuelo y se seca el sudor- ¿Hace calor, no?
-        Y más que hará. Ya te lo he dicho, nos queda un buen rato. Mejor será que te sientes o te va a dar un mareo.
Él le hace caso. Afuera se escuchan algunos ruidos pero no son de bomberos ni de personas que les puedan ayudar, más bien son esos sonidos metálicos que aparecen, nadie sabe de dónde, por la noche, como si las manivelas y las palancas cobraran vida al responder a las dilataciones y contracciones del frío de la noche.
-        ¿Quién es Ted?- pregunta Lisa, curiosa.
-        Mi hijo- baja la vista y calla.
-        ¿Vive contigo?
-        No.
-        Ya veo. Con su madre, entonces.
-        Tampoco.
-        ¿Tiene su propia casa? Apuesto a que sí, se te ve forrado, seguro que le has comprado un buen piso cerca del parque Peterson, ¿acierto?
-        Está viajando por California, o Utah o Dios sabe dónde.
-        Me gustaría viajar a mí también. Tengo buenos recuerdos de los viajes- y el rostro, y los ojos vivos, y el cabello medio rizado de John le asaltan el corazón.
-        Lo que hay que hacer es trabajar, trabajar y hacerse un lugar en la vida.
-        ¿Tú tienes un lugar en la vida?- Lisa le mira a los ojos, directamente, sin cinismo alguno, deseando saber honestamente.
Melvin calla. ¿Tiene un lugar en la vida? Esta tipa será una estrafalaria pero lo cierto es que hace preguntas que le joden en el alma. ¿Tiene un lugar? La empresa, no lo es y menos ahora que acaba de cagarla con los trescientos mil pavos. Tampoco es su única empresa, ha deambulado de aquí para allá, dejándose captar por el mejor postor porque es un buen profesional y no ha tenido problemas para colocarse. Pero todas las compañías por las que ha pasado no han sido su casa, más bien teatros de operaciones donde batallar. ¿Hogar? Ya no se acuerda de esa palabra. Antes sí, cuando Judy, Ted y él estaban juntos. Le viene a la mente un domingo en Cedar’s Mountain. Ted debía de tener doce o trece años. Por entonces, aún todo marchaba bien con Judy, le gustaba verla andar por casa, parloteando como siempre lo hacía y convirtiendo cualquier anécdota en una historia fantástica; le gustaba llevarla a bailar y luego, en la noche, tomarse una copa en Forrest o pasear de la mano por el lago. O ir al cine- a ella le encantaban las películas en blanco y negro, decía que la vida sería mucho más bonita si se borraran los colores pero permanecieran las sombras y los matices, los contrastes y los grises de mil tonalidades-, y volver a casa para hacerle el amor. Recuerda que aquel fin de semana construyeron una cometa y la fueron a volar a la montaña. Ted disfrutó mucho ese día. Corrieron ladera abajo mientras el gran rombo de papel de seda subía más y más y más. En su mente se perfilan aún con clara nitidez las nubes amarillas que al atardecer les envolvieron y cómo intentó, sin éxito alguno, plasmar aquellos instantes en una fotografía.
-        Los instantes se viven pero no se pueden guardar- le había dicho Judy- o los vives o los pierdes.
¿Lugar en la vida? Eso le ha preguntado la joven que se sienta a su lado. Está deseando salir de aquel aparato infernal que ni sube ni baja pero ¿a dónde irá cuando salga? A su casa, sí... solo, a ponerse un gin tonic bien cargado y esperar que le adormezca rápido. Confía en que el apagón haya sido general y que muchos otros estén igual de fastidiados. Si no, su jefe se la va a armar buena.
-        ¿Ves mucho a tu hijo?- pregunta ella.
-        No, no mucho. Ya te he dicho que está viajando.
-        ¿Hablas con él, al menos?
-        Sí, de tanto en cuánto. Oye, ¿Y a ti qué te importa?
-        Yo no veo mucho a mis padres. Quizá ya sean seis años, desde que me fui a estudiar.
-        Pues vuelve, les harás felices. Vuelve y encuentra un empleo. Échate novio.
-        ¿Ese es tu plan de carrera para toda una vida?- vuelve a mirarle con esa honestidad que le desarma- trabajar y trabajar, desayuno, oficina, cena rápida, dormir exhausto... y vuelta a empezar.
-        Hablas como Ted- medio sonríe, pero de pena, de ausencia.
-        Será que es generacional.
-        O será que mi generación – eleva la voz al pronunciar “mi”- os hemos dado todo y no estáis acostumbrados a trabajar.
-        ¿De veras que no tienes fuego? Necesito un cigarrillo.
-        ¿Qué le hubiera costado quedarse en la ciudad? Yo ya le había conseguido un buen empleo- musita, mientras ignora la petición de la chica.
-        ¿Te has preguntado que igual no le gustaba ese trabajo?
-        No haces lo que te gusta- se irrita- sino lo que tienes que hacer porque no hay más cojones.
-        Si quieres que el mundo se enroñe de viejo, no hay nada como pensar que hay que hacer algo porque no hay otra vía, porque somos meros actores de una obra que alguien ha escrito. All the world's a stage, and all the men and women merely players
-        ¿Qué?
-        Shakespeare.
-        Lo había olvidado. Es usted la señora filóloga.
-        Le echas de menos, ¿verdad?
-        ¿A quién?
-        Tu hijo, Ted.
Melvin calla por unos segundos que se hacen eternos.
-        Mucho.
-       Lo siento pero quizá te consuele saber que será probablemente feliz corriendo por la costa este.
-        ¿Importa eso?
-        Mucho. Nada importa sino ser feliz. ¿Tú lo eres?
-        Lo fui- se quita la corbata y se desabrocha varios botones.
-        Hace calor - le dice la chica.
-        Sí, ¿ocho horas dijiste?
-        Más o menos. Eso suelen durar estos fallos.
-       Habrá que aprovechar el tiempo- dice él, sacando un mechero del bolsillo- Soy Melvin.
-        Lisa – ella saca la cajetilla y le invita a un cigarrillo.