30/6/13

Writers Cafe





Writers Café es una aplicación que ayuda a los escritores a construir sus historias. Con una interface sencilla e intuitiva permite ir creando una línea de tiempo en la que van apareciendo los personajes o los escenarios, las interacciones entre ellos, las características de cada uno, etc. Consta de tres subsistemas principales: Scrapbook para enlazar cada elemento con los demás, StoryLines para determinar la línea de tiempo y Notebook para escribir los textos. Además, permite tomar notas adicionales sobre nuestro trabajo y gestionar las fotografías que irán incluidas en el libro si es que las lleva. Está disponible en muchos idiomas.


28/6/13

No names, No jackets





No Names, No Jackets es una librería digital de libros electrónicos que pretende simular virtualmente lo que muchos de nosotros hacemos al entrar a una librería de libros en papel: tomar un volumen al azar, abrirlo, leer un poco y juzgar si la historia nos atrae.
 
No Names, No Jackets es un inventario de capítulos tomados al azar que el usuario puede leer y, si le interesa, si le gusta, al final puede saber de qué obra se trata, cuál es su autor y enlazar con la librería digital que vende el libro (normalmente Amazon). La selección del capítulo puede ser totalmente aleatoria o puede centrarse seleccionando un género determinado.
 
De momento, la selección no es muy grande ya que ronda el millar de ficheros solamente.
 


27/6/13

Como el humo azul






Se levantó despacio y tomó un cigarrillo, busco el mechero dentro del bolso y lo encendió pausadamente. Un hilo azulado de humo ascendió titubeante hacia el techo.
 
-        Lo siento- dijo mientras agarraba con la mano el codo del otro brazo con el que sostenía el pitillo y miraba por el ventanal del porche, lejos, ensimismada-, yo te quiero, te tengo mucho afecto, eres especial, pero no quiero depender ni de ti ni de nadie.
 
Matt estaba sentado en la mitad del sofá de dos plazas, con la pierna izquierda cruzada sobre la derecha, expresión seria, y con sus manos entretenidas en doblar y redoblar un papelito que no sabía de dónde había salido. No dijo nada. Prefería esperar. En este tipo de situaciones, lo mejor es no decir nada para que todo se desmorone o se reconstruya de manera espontánea. Si ocurrirá lo uno o lo otro sólo el destino lo conoce. Los silencios, pensó, son mejores que las palabras. ¿Qué argumentos se iban a dar, cuáles se iban a pedir? No tenían sentido ni los unos ni los otros. Al cabo, se trata siempre de intuiciones, de sentimientos que no tienen lógica alguna.
 
La observó con detenimiento mientras ella continuaba mirando el paisaje que se extendía hacia la pradera, cerca de la linde del río. El otoño avanzaba y los árboles se pintaban de rojo, ocre y sepia. La casita de pájaros  que colgaba del magnolio en el centro del jardín, vacía desde hacía semanas, se bamboleaba suavemente acunada por un viento más fresco que lo que era natural para la época del año. La observó y siguió con su imaginación la silueta de su rostro. Ella siempre decía que no era guapa pero a él siempre le había parecido inexplicablemente hermosa. Tenía una forma especial de fumar, como si meditara profundamente con cada calada, como si leyera en cada Chester alguna reflexión filosófica. Lo había visto muchas veces. Bajaba la mirada y cerraba levemente sus párpados cuando aspiraba la esencia del cigarrillo, para exhalar luego el humo mientras levantaba la cara y se quedaba pensativa por largo rato al tiempo que dejaba que las ascuas consumieran buena parte del tabaco.
 
Habían alquilado la casa por la luz de tonalidad acuarela que envolvía el porche por las tardes.  Matt pensó que era una lástima que los instantes no quedaran encerrados para siempre en pinturas, en fotografías enmarcadas, que no se materializaran para que nunca se pudiera decir que todo aquello no había sucedido. Si así fuera, aquel salón estaría lleno de imágenes colgadas de las paredes mostrando las cenas tranquilas, las conversaciones largas - ¿cuándo habían dejado de hablar despacio y largo?- , la carita ovalada y la sonrisa tierna de ella que tanto le embrujaba, las caricias, el preparar juntos un solomillo o servirse una copa de vino. Pero los momentos se esfuman, se diluyen como el hilo azul del tabaco.
 
-        Lo último que quiero es que dependas de nadie, de mí menos aún- musitó él mientras perdía también su mirada en el ventanal del porche.
-        No es por ti, es por mí. Soy yo la que me ato aunque nadie me quiera atar.
-        ¿Y tengo yo la culpa de tus propios miedos?
-        Ya lo sé. Soy complicada pero me ha costado mucho llegar hasta aquí para volver a sentirme prisionera.
-        ¿Prisionera de que te amen?
-        No de que me quieran sino de que esté obligada a devolver ese amor.
 
 
Él no la entendía. O sí la entendía pero le dolía que, por un lado, fuera él quien tuviese que pagar antiguas facturas que no eran suyas y, por otro, que la realidad profunda era que el amor había volado hacía tiempo como los petirrojos habían abandonado la casita de madera con forma de pagoda que colgaba del árbol. ¿Cómo, si no, uno va a sentir que amar es una obligación en vez de un regalo? Tan simple como eso. Todo lo demás era el humo azulado que envuelve la nicotina.
 
-        ¿Y ahora, qué?
-        Es lo que hay- dijo ella.
-        ¿Y eso es todo? ¿Un es lo que hay y ya está? ¿se apaga el botón del corazón y todo resuelto? ¿Tan amigos?
-        Quiero seguir siendo tu amiga.
-        ¿Cómo se desconecta un sentimiento? ¿Debo ir al hospital a que me hagan una lobotomía? ¿Qué pasa conmigo? Es imposible desterrar los recuerdos. El peor de los dilemas. O sufro yo o te hago sufrir sin quererlo.
-        Sé lo que no quiero. Quizá no sepa lo que quiero pero sí lo que no quiero. Odio hacerte daño pero sé lo que no quiero. Entiéndeme, por favor.
 
Se levantó y la abrazó por la cintura, apretando su rostro contra su pelo. Ella se dejó hacer. Cuanto más vueltas le dieran, peor lo pasarían. Se quedaron ambos en silencio viendo el atardecer cobrizo que descendía sobre el horizonte, allí de pie en el porche, cada uno con pensamientos que sin saberlo, sin decirlo, iban divergiendo, como el humo azul que no sigue los caminos deseados.
 
-        Habrá que hacer un reparto- dijo Matt mientras le besaba el pelo, aspirando cada molécula de su aroma.
-        ¿Reparto? No tenemos nada que repartir.
-        Tú te quedas con los recuerdos hermosos de nuestro amor y yo me quedo con el dolor. Es un trato justo. No quiero que sufras, que te sientas culpable.

-        Y luego dirás que no me atas- ella se soltó de su abrazó y se apartó.
 




 
 

Roots




Los que pertenecemos a cierta generación recordamos sin duda la serie de televisión Raíces que tanto éxito tuvo. Basada en la novela de Alex Haley, Roots: The saga of an American Family narraba las desventuras de una familia de esclavos en el sur de los Estados Unidos y tuvo infinidad de premios. También la novela tuvo una mención especial de los Premios Pulitzer.
 
 Roots es la versión enriquecida de la novela que, como no puede ser de otra manera, incluye el texto completo junto a la biografía del autor, varios vídeos y entrevistas, interioridades sobre cómo se escribió la obra, sobre el trabajo de investigación exhaustivo que Haley completó para poder escribir la novela, fragmentos de audio, etc.

Disponible para el Ipad.

26/6/13

The song of Achilles



The song of Achilles para Ipad es la versión enriquecida de la novela de Madeline Miller. Un fichero de gran tamaño por la gran cantidad de información que contiene y que utiliza las técnicas que ya son habituales a la hora de enriquecer un libro: vídeos, imágenes, gráficos, entrevistas, etc. En este caso, también mapas y fragmentos sonoros del audiolibro. Una novela histórica basada en La Iliada y en la creación intemporal de Homero.
 
Puede comprarse en este enlace.
 
 
 


25/6/13

Vídeo interactivo



Le partage de l'incertitude es un vídeo interactivo realizado por Anonymes.net y producido por ARTE y CNC. Se trata de un ejemplo sencillo en el que la interacción es relativamente pequeña pero que da pie a pensar en las posibilidades que la técnica habilita en el cine o en los libros enriquecidos. La posibilidad de interactuar con las imágenes no sólo genera la posibilidad de conformar una estética particular (que es sobre todo el objetivo de este ejemplo) sino la de generar historias diferentes en función de que veamos, interrumpamos o elijamos ciertas imágenes. Programado en Flash.
 

Love has no pride






La primavera está siendo lluviosa y los olmos del parque están rebosantes de hojas. Las tardes, a pesar de estar tan cerca del verano, son todavía grisáceas y llaman a quedarse en casa, escuchando música o leyendo. Ferdinand está sentado en el sofá, los pies sobre la mesita adornada con un tiesto de orquídeas blancas, la mente lejos, junto a ella, un libro en las manos que no lee por falta de ánimo y sonando Have I Told You Lately en la radio. Vaya letra. Traduce mentalmente..... ¿Te he dicho que te quiero últimamente? Vaya letra. Cuando uno está jodido, las emisoras siempre se confabulan para hundirlo más.
Se pregunta si últimamente le ha dicho que la ama y se responde que sí, que lo ha hecho, que se lo ha dicho de todo corazón y a todas horas. Si fuese suficiente decirlo, los amores durarían para siempre pero todo es mucho más complicado que escribir versos o pronunciar te quieros. Es más complicado y él no tiene ni remota idea de qué es lo que ha hecho mal, qué está haciendo mal, el porqué de toda esta mierda.
-        ¿Me contarías todo?- le había preguntado una vez sentados a una mesa con dos copas de vino blanco y un pescado en el plato.
-        No, no lo haría- había contestado Lidia.
Estaba avisado. De qué quejarse, de qué sorprenderse. Pasa una página del libro que tiene sobre las rodillas, pero ni ha leído la anterior ni va a leer la que ahora está bajo sus ojos. No tiene ánimo para hacerlo. Rabia triste, esa es la sensación. Sobre todo por ser un incapaz, sobre todo por eso. Algo por las mentiras inesperadas- aunque quizá no existen las mentiras inesperadas y sólo ocurre que no queremos ver lo evidente- porque eso nunca gusta, pero, sobre todo, por la propia inutilidad, por no haberlo conseguido a pesar de desearlo con todo el corazón. No tiene fuerzas para perdonarse a sí mismo. Porque, sobre todo, no se perdona a sí mismo tanta incompetencia.
-        ¿Y cómo puede uno vivir pensando que lo que te dicen puede no ser verdad?- piensa él- ¿Cómo se puede vivir así? ¿Cómo espantar los fantasmas que de pronto se han interpuesto en la primavera?
Lo peor de todo es que no sabe cómo hacerlo mejor. Joder, cómo duelen algunas cosas. Uno debería estar ya inmunizado pero Ferdinand sabe que si duele es porque siente de veras, porque se ha entregado de veras. Quizá prefiere que duela así, que duelan las entrañas, que sea todo tan de veras. Sé sincero, se dice. Tengo miedo de no tener su mano cerca, se dice. Ni puñetera idea de cómo lograrlo. Le diría que quiere ser su capitán pirata si eso no sonara tan gilipollas. O que quiere hacer con ella lo que la primavera hace con los cerezos si no fuera porque eso ya lo escribió Neruda. Quizá, sólo le diga que confía en ella, que la quiere mucho porque al final todo se resume en eso, en que la quiere mucho.
Ha pasado malas noches, de esas de desvelos y mil vueltas entre las sábanas. Noches con más horas que las del invierno, con fantasmas que acechan, con sombras que dan miedo, con ausencias. Pasa otra hoja del libro que no está leyendo. Lo jodido es que no sabe cómo hacerlo mejor. Ni idea, ni la más remota idea. Lo que el mundo piensa lo sabe. Lo que él piensa también. Confiar con ingenuidad en el futuro. Intentarlo. Dejarse seducir por la sonrisa y la piel de Lidia, creerse un campeón capaz de ganar la carrera, matar cada espectro que se aparezca por las noches hasta que desaparezcan todos, soñar que no hay sombras, pensar con convicción que es posible. Una vez leyó que a veces los sueños se cumplen. Quién sabe, sólo queda intentarlo sin hacer preguntas. Siente frío. Ahora en la radio, Bonnie Raitt canta Love has no pride.
 
 

24/6/13

Frozen Hell





Frozen Hell de Mika Kulju es un libro enriquecido que narra la batalla de Raate Road, un episodio de la segunda guerra mundial en la que, en 1939 al poco de haberse iniciado las hostilidades, la Unión Soviética invadió Finlandia que por aquel entonces se había aliado con Alemania. Sorpresivamente dada la desigualdad de poderío militar, los fineses aguantaron las embestidas rusas e infringieron serias derrotas al ejército soviético durante algún tiempo. En este contexto se enmarca la batalla de Raate donde con muy pequeñas pérdidas, los fineses aniquilaron dos divisiones del ejército rojo.
 
El libro es un libro de historia novelada (traducido al inglés desde la versión original) y enriquecida con mapas, vídeos y fotografías. Además se añaden algunos otros elementos como un termómetro que indica las bajísimas temperaturas que sufrieron los contendientes o un medidor de la potencia de ambas fuerzas en conflicto en cada momento a medida que la batalla- y la lectura- avanza. La maquetación del libro electrónico enriquecido es cuidada, lo cual es de agradecer.
 
 

 
 
 
 
 
 

21/6/13

Ed-media 2013




A partir del próximo lunes, y hasta el viernes, se celebra en Canadá la EdMedia 2013, una serie de conferencias sobre la aplicación de la digitalidad, los hipermedia, los elementos multimedia y las nuevas tecnologías  a la educación. Se trata de un foro multidisciplinar para compartir e intercambiar experiencias en cómo educar en el entorno digital. En esta edición, que cumple los 25 años, habrá conferencias y talleres de trabajo. El programa puede leerse aquí.
 
 
 
 

20/6/13

Mon musée imaginaire




Mon musée imaginaire ou les chefs-d'oeuvre de la peinture italienne de Paul Veyne es la replicación digital para Ipad del libro en papel del mismo título, en donde el historiador francés nos hace pasear por Umbria, por la Toscana y por otros lugares de Italia recorriendo y comentando obras pictóricas para formar un museo virtual imaginario, imaginado por él mismo.
 
En el libro electrónico, al contrario que en el de papel, existe una alta interactividad pudiendo ampliarse cada imagen para encontrar detalles, pudiendo buscar las obras por multitud de variables gracias al potente motor de búsqueda o recorrer las pinturas con la narración en la voz del propio autor.
 
Es un libro algo costoso si tenemos en cuenta los precios habituales para los e-books pero merece la pena.
 
En este enlace puede leerse una entrevista con Veyne al respecto del libro original.


19/6/13

Viaje al pasado


Viaje al pasado (Acantilado) de Stefan Zweig es un relato breve que se lee de corrido y que narra la historia de un amor  en que las dificultades para culminarlo provienen más de las expectativas propias que el pasado ha generado que de las ya por sí complicadas cuitas de la vida, por muy cuesta arriba que esta se ponga. Una reflexión entre la realidad y la idealización, entre el anhelo que no se puede alcanzar y lo posible, sobre el combate entre el recuerdo y el futuro. Algo que puede resumirse en el título alternativo que el autor vienés dio a este cuento: "Resistencia a la realidad".
 
Que Zweig es un escritor que siempre me gusta no es un secreto. Sus escritos siempre son precisos, concisos, serenos, yendo al corazón de la historia y de los sentimientos de los personajes, siempre tan bien descritos, tan bien condesados, tan vivos y realistas, aunque en este caso se centre mucho más en Ludwig. A pesar de esa concisión, la prosa es rica, detallista, hermosa en su sencillez, lírico sin metáforas, un verdadero ejemplo de que lo breve si bueno, dos veces bueno. Zweig introduce al lector, sin aspavientos, sin frases llamativas, sin trampas literarias, en el alma de los amantes. Da lo mismo si el escenario habla de Alemania, de México, de la primera guerra mundial o de una clase social que ya no existe. Zweig hace que el relato trascienda, que sea intemporal, válido siempre porque sabe arrancar justo lo que habita en el ser humano.
 
 
 
 
 

Le dio pena el tipo






Le dio pena el tipo. Una de esas lástimas profundas que le inundan a uno cuando se observa un hombre caído, una vida frustrada o desperdiciada en objetivos dispersos y sueños rotos. Esos ojos mate, hundidos en algún pasado, aburridos. Sí, le daba pena del mismo modo que llama a la compasión el ver a un mendigo en la calle que aunque sonría se le ve en los ojos su pesadumbre; o como se compadece uno de cuando la hinchada sale de la cancha tras una derrota de seis a uno frente al rival de toda la vida; o como cuando vas a un hospital, quizá a acompañar a un amigo, y se te cae el alma al suelo al ver tanta desdicha. Así le daba pena aquel hombre, una piedad sorda pero lejana, ajena. Estaba convencido de que él se lo habría buscado. Ya se sabe, lo habitual, no habría sido capaz de reponerse de una mujer inaccesible, de un trabajo perdido, de demasiados tragos de ron en el bar de la cuarta avenida. Tampoco podía hacer mucho más. Le daba lástima, sin más. Seguramente tendría un día duro el tipo aquel que tenía frente a él.
Se dio cuenta que el tiempo volaba, apretó el botón de la máquina de afeitar y dejó de mirarse al espejo.
 
 
 

18/6/13

MIX Conference 2013




Entre los próximos días 15 y 17 de este mes se celebrará en la Universidad de Bath Spa la conferencia MIX, un evento donde se muestran experimentos y técnicas novedosas de escritura y entre los que este año se hará hincapié en la escritura para nuevas plataformas y nuevas audiencias. Habrá siete talleres entre los que podemos destacar Improve writing por D.Varela que ayudará a desarrollar historias interactivas , Transmedia Activism por Donna Hancox o la titulada Telling Stories to our computers por Paul Rissen.
 
Se puede realizar la matrícula aquí.


17/6/13

Fallen London




Fallen London es una aventura interactiva en web que se desarrolla en un lúgubre Londres subterráneo y victoriano, una historia gótica, y en el que lector/usuario puede personalizar su lectura eligiendo qué personajes es, cómo se viste o cómo actúa. Creado por Story Nexus es un trabajo complejo, entre el juego y la narración literaria, con muchas opciones y una red de enlaces amplia y que precisa mucho tiempo para seguirla apropiadamente. Gráficos muy elaborados y numerosos escenarios bien trabajados.

El trabajo ganó el premio The Escapist "Best Browser-Based Game" en el año 2008. Requiere registrarse.
 
 










 

16/6/13

Rabia del Sur




Rabia del Sur es un webcomic, un cómic digital por entregas que, actualmente, está ya en la entrega 42. Se trata de un trabajo creado por Marcos Antonio Cañada y Francisco Javier Villalba. La historia es un thriller que se desarrolla fundamentalmente en Málaga, localidad de donde son los autores. A finales de este año se propondrá también la versión en inglés de este cómic.
 
Unos gráficos bien elaborados, en grises, lo que es muy adecuado para la atmósfera turbia de la narración, que recogen lo importante de la escena con el detalle justo y con perspectivas visuales  interesantes. Una historia donde tiene encaje los temas de más actualidad y donde los personajes parecen sacados de la calle misma. La interacción no existe, simplemente se vuelcan las páginas en una página web.
 
Se complementa con un blog.

E-poetry 2013




Desde mañana y hasta el próximo día 21 se celebra en Londres la conferencia anual e-poetry, un foro de encuentro que cada año cita a los más activos representantes en literatura poética digital. Una monumental colección de presentaciones y charlas tal como se puede apreciar en el programa.
 
E-poetry es, desde hace años, un festival obligado para todos aquellos interesados en la literatura digital.


 

13/6/13

Europeana Open Culture





Hace ya casi cinco años que se inauguró la biblioteca digital europea Europeana, un titánico esfuerzo por digitalizar el patrimonio artístico del continente.
 
Ahora Europeana ha desarrollado una aplicación para el Ipad, la Europeana Open Culture,  que permite navegar en la tableta a través de unas 35.000 imágenes de mapas, pinturas, tesoros del pasado, paisajes naturales e imágenes artísticas de la herencia cultural europea depositadas en museos e instituciones comunitarias como la Academia de Ciencias de Bulgaria, el Rijksmuseum, el Real Jardín Botánico de Edimburgo, la Biblioteca Nacional de Polonia,  el Museo Arqueológico de Portuga o la Biblioteca Digital del Ministerio de Defensa español. Todas las imágenes son de dominio público y de libre uso. El usuario puede seleccionar algunas para crear su propio mini-museo privado.

El buscador es potente y permite tomar notas.







12/6/13

Sorcery

 




Sorcery es un juego narrativo desarrollado para el Ipad de la firma Inkle que aprovecha todas las capacidades táctiles y gráficas de la tableta para proponer una lectura interactiva en la que el lector puede ir explorando un mapa tridimensional de tierras fantásticas y moviendo a sus personajes por aventuras no lineales que se desarrollan en función de las decisiones que se vayan tomando. Un trabajo de ficción interactiva con ciertas capacidades de inteligencia artificial que hacen que la historia se remodele en función de cómo se juegue. La historia se desarrolla a base de párrafos que van apareciendo en ciertos lugares del mapa y que se van interconectando entre sí mediante preguntas multi respuesta obteniéndose al final una trama continua "creada" en función de las opciones elegidas.

Los mapas texturizados están bien elaborados con sensación de profundidad. No es evidente cómo leer/jugar porque no siempre las respuestas aparentemente correctas son recompensadas.
 




11/6/13

4º Congreso Internacional CBL del Libro Digital





Los próximos días 13 y 14 se celebra en Sao Paulo, Brasil, el 4º Congreso Internacional do Livro Digital que explorará el estado de situación y futuro del libro digitalizado. Las conferencias serán retransmitidas en "streaming" y tratarán sobre el marketing del libro electrónico, el libro digital infantil,  los derechos de autor, las bibliotecas digitales, las herramientas educativas digitales, etc.

Está organizado por la Cámara Brasileña del Libro (CBL) y se celebra en el Centro Fecomercio de Eventos de São Paulo/SP.



10/6/13

Perspectivas para el libro electrónico




La empresa PWC ha publicado su estudio sobre las perspectivas de diferentes sectores del mercado del entrenamiento y los media para el periodo 2013-2017.

En lo que respecta al libro electrónico digitalizado, prevén que continúe escalando posiciones en su pugna frente al libro digital, de modo que para el final del periodo puede alcanzar el 22% de las ventas de libros totales en el mundo cuando, en el 2012, esa proporción se situaba en el 9%.
 
Cierto es que este crecimiento será desigual a lo ancho del planeta como lo es hoy ya en la proporción de libros electrónicos respecto a los de papel. Así, Estados Unidos será siendo el líder indiscutible con un 38% de penetración. En Asia vaticinan un 15% y en Sudamérica un 9%. El mercado, en volumen, llegará a los 17.000 millones de dólares en los Estados Unidos, menor que el del 2008 lo cual no es una buena noticia.
 
Un peor vaticinio es que, de acuerdo al informe, las librerías físicas cerrarán cada vez más.
 

9/6/13

El concepto de robustez en el libro




En el diseño de componentes industriales es muy usual hablar de diseño robusto. La robustez de un producto implica que este soportará el uso normal, incluso duro por parte del usuario,  y las incidencias habituales naturales sin que se deteriore hasta el punto de ser inservible.

Históricamente, los productos mecánicos alcanzan una robustez aceptable de manera en un intervalo más o menos rápido de tiempo que puede ir desde los pocos años para equipos sencillos hasta algunas décadas para los más complejos.
 
Por ejemplo, las locomotoras de vapor de los primeros ferrocarriles de la primera mitad del siglo XIX que eran evidentemente frágiles y se averiaban fácilmente llegaron a su robustez plena en poco menos de 100 años :


(fotografía obtenida en http://www.steamlocomotive.com/)

Aunque, desde este punto de vista tecnológico, los escritos en piedra (petroglifos) o en pieles son más robustos que los escritos en papel, puede decirse que el libro que hoy en día conocemos es también un producto altamente robusto. Excepto contra el fuego, es un invento que soporta bien el uso, el paso del tiempo y las incidencias más habituales (caída, flexión, humedad o agua, compresión, fatiga, golpes, deterioro de los bordes, calor, frío, radiación solar, electromagnética) y puede decirse que es difícil que un libro acabe siendo totalmente inservible excepto que se busque deliberadamente su destrucción. Además, ha logrado esa robustez a bajo coste y de manera sencilla, algo que ha sido inusual en la historia de los inventos humanos.
 
El advenimiento de la electrónica ha traído numerosas ventajas pero, en la electrónica de consumo, la robustez no está entre ella. De hecho, los ordenadores industriales y la electrónica industrial tienen poco que ver con los que habitualmente conocemos y utilizamos, precisamente porque necesitan comportarse mejor ante errores, accidentes o incidencias. Cierto es que se logra esa robustez aumentando peso, redundancias, tamaño y, sobre todo, precio.
 
En el libro electrónico, es preciso señalar que la robustez industrial aún no se ha logrado. Los elementos habituales en los que guardamos o leemos un texto digitalizado son muy poco robustos y son altamente afectados por hechos terriblemente mundanos como caídas, mojaduras, pequeños golpes, esfuerzos de flexión, resistencia al peso, etc. Podríamos pensar, incluso, que esta falta de solidez en el diseño está buscada a propósito para que la caducidad de los productos sea rápida y haya que reponerlos. Puede que algo de esto exista en las mentes de los planificadores de marketing pero es indudable que un producto hecho de cristal, diminutos circuitos integrados y conexiones finísimas tiene todos los boletos para fallar rápidamente.
 
A pesar de todo, a pesar de esa fragilidad inherente aparente, es preciso realizar un profundo esfuerzo en el rediseño de los lectores electrónicos de libros (bien sean tabletas o e-readers de tinta electrónica) que mejore la robustez industrial del producto. Sobre todo, porque un fallo es más impactante que en un libro en papel. Si se rompe este último perdemos un ejemplar pero podemos seguir leyendo muchos otros. Si se nos rompe el e-reader es muy probable que perdamos gigas de texto, especialmente si no hemos podido hacer copias de seguridad por desidia o porque las protecciones anti-copia lo impiden.
 
Probablemente, este aumento de robustez vendrá de la mano del cambio técnico en el soporte. Habrá que sustituir los cristales de la pantalla por sustratos plásticos y enrollables, encontrar una alternativa a las soldaduras de contactos, eliminar teclas (el futuro es claramente el control verbal), hallar soluciones al problema de las baterías, evitar las interferencias electromagnéticas (¿circuitos que muevan fotones en vez de electrones, por ejemplo?), etc., etc.
 
La siguiente secuencia muestra la diferencia de robustez entre el libro convencional y el electrónico. En un caso, bastan unas cuantas servilletas y un poco de tiempo. En el otro, hay que comprar uno nuevo y rezar porque tengamos copias de todo el contenido memorizado.
 
 
 
 
mientras que:
 






 

7/6/13

Du LIVRE de Mallarmé au livre mal armé





Du LIVRE de Mallarmé au livre mal armé es un libro coordinado por Frank Ancel pero en el que participa un nutrido grupo de colaboradores. Una obra en formato ePub y de libre descarga. Son 36 textos que analizan de manera global la obra de Mallarmé y que sigue las ideas conceptuales del autor francés, un concepto circular en el que no hay un inicio y un final, en donde una nube de coordenadas enlaza con ideas y reflexiones, un libro en el que una vez que se inicia la lectura no se encuentra una salida y un final. En este universo cerrado podemos encontrar textos antiguos de Scherer, extractos de conferencias, imágenes, ilustraciones, etc.
 
Puede descargarse desde la web de la editorial Gravitons.
 
 

6/6/13

NAACL 2013





Entre los próximos días 9 y 14 de este mes se celebrará en Atlanta, en Estados Unidos, la 2013 Conference of the North American Chapter of the Association for Computational Linguistics: Human Language Technologies que centra sus debates en el análisis y estudio de la lingüística computacional, el desarrollo de interfaces verbales mediante lenguaje natural con las computadoras, reconocimiento del habla, semántica por ordenador, traducción automática y generación automática de textos, entre otros asuntos.

Existe un canal Twitter que sigue el evento.



5/6/13

Correspondencias






Amaba los atardeceres de los días en que llegaba el correo.
 
Allí, en aquel paraje tan apartado, ese hecho ocurría cada dos semanas que era cuando el vapor de San Justo se dejaba caer por la caleta para entregar no sólo las cartas sino el arcón con víveres y enseres que de tanto en tanto encargaba al almacén. Ella escribía sus necesidades, se las daba a Camilo, el patrón del pequeño barquito, y dos semanas después recibía lo pedido junto a la factura que pagaba religiosamente con un cheque canjeable en el banco. Ni recordaba cuándo había entrado por última vez en la entidad de ahorros pero poco importaba porque la herencia había sido generosa y le daría para vivir su vida hasta que el Señor decidiera llamarla. Afortunadamente, un par de catarros eran todos los contratiempos a que se había enfrentado y aunque sabía que de enfermar seriamente debería regresar a la ciudad, se aferraba a la idea de que eso nunca ocurriría. El director de la sucursal no hacía preguntas y, viendo que el saldo era ampliamente positivo y holgado, prefería abonar los gastos sin incitar a su buena pero desconocida cliente a que retirara el resto de los fondos.
 
Desde hacía diez años, cuando heredó la casa y decidió ausentarse del mundo para vengar el amor traicionado de aquel hombre, el ritual se repetía con exacta precisión. Primero, hacia el este, más allá del peñón negro, aparecía la fumarola que expelía la chimenea asmática del vaporcito. Luego llegaba la proa y por fin la silueta de Camilo. Él se encargaba de bajar a tierra los alimentos y cachivaches que traía y llevarse lo que Sandra ya no necesitaba. Durante años se había repetido esa rutina simple que para Sandra significaba charlar por una hora y enterarse vagamente sobre las noticias que corrían por San Justo. Luego, dos semanas de sosiego, a veces de tormento por la ira que todavía le llegaba al alma cuando se acordaba de Rafael, de trabajo en el huerto y en las novelas que escribía y que esperaba ver publicadas algún día aunque, de momento, ninguna editorial le había respondido con entusiasmo.
 
Eso fue así hasta el día en que recibió aquella carta, cinco años atrás.
 
Con la primera letra se sorprendió pero, aunque halagada, no le dio mucha importancia. Más las cartas llegaban cada dos semanas con una regularidad que certificaba el interés de Roberto, el hombre que las firmaba. Un admirador, había asegurado. Un empleado de rango medio en la editorial Buenavista al que por azar le habían encargado que revisara uno de los trabajos de ella, una historia de amores lejanos y complicados, una novela romántica de las que atraen las lágrimas de los excesivamente sensibles.
 
-        Nunca un texto me resultó más conmovedor que el suyo, más humano y más necesario de leer. No le oculto que mi jefe, el señor Huyol, no opina lo mismo. A mi sincera recomendación de publicación me respondió que los tiempos de Jane Austen habían quedado muy atrasados, que ahora lo que vende son los crímenes con alta carga de sexo o las historias de políticos corruptos. Me reconvino a no ser tan femenino, así lo dijo, entonando la palabra tan peyorativamente que consiguió avergonzarme. A pesar de ello, mi querida señora, he de decirle que él no tiene razón, que su novela es simplemente maravillosa, que ese amor que usted describe es el que cualquier persona sensible desearía tener. Yo, he de confesarlo, nunca lo he sentido pero si algún día se me recompensa el corazón, quisiera que así fuera. - había escrito aquel sorpresivo y desconocido admirador.
 
No contestó hasta que había ya recibido seis cartas. Entonces, tras aquellos tres meses en que se le mezclaban en el ánimo la sospecha de que todo era una broma con la ilusión renacida, encargó a Camilo un pequeño baúl para guardar las cartas. Ahora, tantos años después, ya estaba bastante lleno y algunas noches en que la melancolía hacía de las suyas y pasaba la noche en vela, encendía la lamparita del salón, tomaba el baulito y se dedicaba a releer algunas de aquellos mensajes para consuelo de su corazón y arrullo de su ego. Más de una vez había pensado que aquella correspondencia, revisada y ordenada de alguna manera, podría ser algún día una buena historia epistolar pero sabía que jamás se atrevería a proponer publicar algo tan íntimo.
 
Amaba los atardeceres de los días en que llegaba el correo.
 
El barco arribaba hacia el mediodía cuando el sol estaba alto y el mar transparente brillaba intensamente al reflejar sus rayos, pero ella se aguantaba las ganas de leer la carta inmediatamente. Para evitarlo, se enfrascaba en tareas y trabajos pospuestos, le daba por podar las flores de las macetas, abrillantar la plata del comedor, reordenar por enésima vez lo que la despensa contenía o planchar las sábanas que había ya planchado la tarde anterior. Cualquier cosa para que pasaran las horas, para que el sol se fuese volviendo rojo y los pájaros regresaran a sus árboles. Entonces, y sólo entonces, ella tomaba una gran jarra de limonada y se dirigía al silloncito de tela debajo de la pérgola que daba al mar. Se había hecho traer un largo cable con el que conectaba los altavoces al equipo de música de la sala. Repetía sus elecciones cuando de leer a Roberto se trataba: el  concierto para violín de Tchaikovsky, el de Max Bruch, el vals de Cosette en La Boheme, el adagio del segundo concierto de Brahms, el Mon couer s'ouvre a ta voix de Saint Säens. Se sentaba mirando el horizonte que se iba cubriendo de intensos dorados y brillantes naranjas, esperaba a que la música le envolviera, tomaba un par de sorbos de refresco y abría lentamente la carta, disfrutando del momento en que reconocía su letra porque todas ellas eran manuscritas.
 
Leía despacio, muchas veces repasaba párrafos enteros y, más tarde, cuando el sol ya se había escondido, cuando Escorpio volaba por el cielo, cuando el mar se había ocultado en la oscuridad de la noche, con una lamparita de gas encendida, contestaba lentamente, procurando trazar las palabras con una caligrafía esmerada, pensando y repensando cada frase, mordisqueando la pluma mientras miraba a lo alto en busca de la inspiración. Por fin, coqueta, dejaba caer una gota de perfume dentro del sobre y cerraba la carta que permanecería a la espera sobre su mesilla durante dos semanas hasta que el vapor de Camilo regresara puntual a su cita.
 
Había sido consciente de que estaba enamorada hacía dos años. Las primeras treinta cartas habían construido una relación intensa, una visión lejana de la personalidad de cada uno que estaba segura era real como el mundo mismo, aun cuando nunca hubiera visto siquiera una fotografía de él, ni él de ella.
 
-        Sus cartas me hacen saber de usted, de su corazón y de su sentimiento, de lo que anhela y de lo que ama, de lo que odia y de lo que le molesta, de sus deseos y de sus temores. Es la imagen que deseo tener y, aunque estoy seguro de que su belleza me abrumaría, no quiero romper este hechizo que me tiene embrujado - había escrito un día él, al inicio de la correspondencia- y, sobre todo, no quiero corresponderla. Si usted me enviara una foto suya, yo me vería obligado a mandarle una mía y eso, irremediablemente, rompería cualquier sueño que usted pueda tener conmigo. Soy consciente de la inverosimilitud de esta relación y no quiero que nada, menos una fotografía, pueda arruinarla.
 
A pesar de ello, Sandra sentía que se conocían todo lo íntimamente que se pueden conocer un hombre y una mujer.  Habían compartido juicios, reflexiones, problemas, consejos, sueños, miedos, desesperanzas y nostalgias, habían escrito de la familia y de los amigos, de los desengaños y de las alegrías, de la soledad, de la ternura, de las fantasías. Con los meses, retiraron toda cautela, bajaron cualquier defensa, se rindieron a la intimidad de la honestidad plena. Y compartir esas cosas- se debió haber dado cuenta antes- es muy peligroso porque basta dejar al tiempo que trabaje para tejer complicidades. Una vez había leído que un hombre y una mujer que hablan durante decenas de años acaban rendidos el uno al otro, lo quieran o no, porque los años traman un vínculo más perfecto que cualquier atracción física y ella ahora sabía que aquello era cierto. Cuando estuvo segura de sus sentimientos, de que el recuerdo de Rafael había desaparecido, cuando sintió turbación con las palabras de Roberto, cuando comprendió que se admiraban mutuamente, cuando el aria de Saint Säens dejó de ser una bella melodía para convertirse en una llamada a la seducción, a la necesidad - porque era eso, necesidad-  de sentirse estrechada entre los brazos de un hombre al que no conocía, cuando pensó en un torso, unos labios y un cuerpo supo que aquel baulito de cartas era su vida.
 
Aquella tarde, el sol rojizo, las aguas arremolinadas por la llegada del otoño, la brisa agradable aunque algo fresca, la espuma de las olas en la rompiente caliza, se enrabietó al comprobar que los hombres son inestables, son poco de fiar, que no mantienen la promesa.
 
-        He pensado mucho en ello, amor- decía él - y he llegado a la conclusión de que mi deseo por tenerte, por conocerte, por deleitarme en ti es mucho más acuciante que mi miedo a que te sientas defraudada, a que me rechaces, a que se derrumbe la idea que tienes de mí. Quiero verte y quiero verte ya.- se tuteaban ya desde hacía tiempo, escribían encendidas frases hacía meses.
 
No pudo contestar y no pudo dormir. Se quedó sentada en el silloncito, frente a las estrellas titilantes y el bramar del océano, envuelta en una manta que sacó del arcón y con un termo de café caliente en la mesita del jardín, la cavatina del decimotercer cuarteto sonando lejana. ¿Conocerse? ¿Por qué los varones son tan volubles? ¿Conocerse para qué? ¿Correr el riesgo de otra traición? Ahora, aquellas cartas eran como las de que llegan en una botella acunada por el mar, esas que hablan de lejanos náufragos que deben ser rescatados, de corales y de pecios. ¿Cambiar eso por la rutina de lo conocido y repetido? Tenía miedo de perder lo que había construido con tanto esfuerzo, con tanta afinidad, con tanta esperanza. Estaba enamorada, sí, pero de un sueño o, quizá, de la maravillosa posibilidad de plasmar cada dos semanas justo, exactamente,  lo que el corazón sentía sabiendo que el receptor de aquellas palabras las entendería, que tendría tiempo a meditarlas y reflexionarlas antes de contestar sin la espera que todo pensamiento requiere para ser atinado. Ahora deseaba a Roberto. Lo hacía con toda su alma, lo amaba en su inteligencia, en su corazón y su piel. Pero el deseo es voluble, tanto como los hombres, tanto como los vientos del norte. Tenía miedo de que esa afinidad, de que esa pulsión por ser abrazada quedara en nada cuando, quizá, aquellos brazos fuesen poco agraciados o carecieran del calor imaginado; cuando aquellos labios ahora tan deseados y sensuales, fuesen quizá fríos o poco expertos; cuando ese intenso placer que ella sentía al pensar en él en la soledad de su cama fuera, quizá, un ejercicio árido y sucio.
 
Amanecía. Sabía lo que le contestaría pero tenía dos semanas para hacerlo. Las campánulas que colgaban de la pérgola se cubrieron de destellos al acariciarlas las primeras luces. Sería un día claro y el mar se había calmado. Como su corazón. Entró en la casa, introdujo la carta en el baúl y cerró con llave. Al pasar junto al espejo se arregló el cabello mientras comprobaba que sus ojos ya no brillaban.